Educación para la Ciudadanía

Si el currículo de esta asignatura prevé que la teoría de género (que avala leyes como la Ley de Igualdad o la Ley Integral contra la Violencia de Género) o la ley de matrimonios homosexuales (que llama matrimonio a estas parejas y las faculta para la adopción) son discutibles, y por tanto cabe tener una opinión distinta a la que la ley establece, entonces el PP y las asociaciones de padres que fomentan la objeción de conciencia tienen un temor infundado. En las aulas, estas cosas no podrían enseñarse como dogmas, sino como leyes vigentes pero modificables. Ocurriría igual que con la vigente ley que penaliza el aborto salvo en tres supuestos, con la que puede discreparse en un sentido o en otro (libertad de pensamiento y de expresión), como de hecho ocurre en la práctica diaria en los centros de enseñanza, pues unos profesores creen que restringe demasiado el derecho de la mujer y otros opinan que vulnera en exceso el derecho del feto a nacer.

Pero si el deseo del legislador y del Gobierno es que esas cosas se enseñen en las aulas como algo incuestionable, entonces se trata de un adoctrinamiento que va más allá de lo científico y de los derechos humanos reconocidos internacionalmente, con lo que la prevención de los padres y la objeción de conciencia estarían perfectamente justificadas. La reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha de leerse en esta clave.