"Respiramos como tú"

Hace apenas seis meses que Montse le comunicó a su madre que iba a casarse con Ágata. Se lo dijo por teléfono. Llorando. Ahora repite la frase que recibió como respuesta sin un titubeo, como si esa secuencia de palabras se hubiera convertido para ella en algo que no quiere olvidar: "Si tú eres feliz, nosotros también". Confiesa que se quedó "desahogada". Ambas jóvenes, que se conocieron hace tres años, contrajeron matrimonio unas semanas después de aquella conversación telefónica. Fue una boda íntima. Montse no se atrevió a invitar a sus padres para no "presionarles". Pero ellos estuvieron ahí. Como los de su compañera y los hermanos de ambas. Ágata estaba embarazada de seis meses.

"Si no te ven, no existes. Y si no existes, no tienes derechos"

Los hijos de parejas homoparentales son más abiertos y tolerantes

Las dos mujeres, de 30 y 36 años, aparecieron en la recepción de la Ciudad de Vacaciones de Tarragona al filo del mediodía del jueves, con sus mellizos de cuatro meses, Edu y Arán, nacidos por reproducción asistida e inscritos como hijos de las dos. Unas 300 personas (170 adultos y 130 niños) de toda España, integrantes de familias formadas por parejas de lesbianas y gays, estaban convocadas al primer encuentro nacional, que se prolongará hasta mañana.

El programa simultanea las conferencias con actividades lúdicas para los niños y un desplazamiento a Port Aventura. Uno de los objetivos es la "visibilidad", explica la presidenta de la Asociación de Familias Lesbianas y Gays, Elisabet Vendrell.

Vendrell, que se muestra muy satisfecha por las leyes de matrimonios homosexuales y adopción conjunta, señala que necesitaban cuatro años más con Zapatero al frente del Gobierno "porque aún hay que trabajar duro. Nos hemos propuesto la visibilidad. Que se sepa quiénes somos, cómo somos. Porque si no te ven, no existes. Y si no existes, no tienes derechos", resume.

Ágata acude al encuentro pensando en sus mellizos. Teme que puedan ser dañados en el futuro, cuando vayan al colegio. Piensa que el contacto con los otros niños de la asociación les ayudará a comprender "que no son bichos raros". Aunque en los últimos tiempos soplan vientos favorables, explica que aún se enfrenta a situaciones chocantes. Como la que vivió a la puerta de la sala de partos: "¡Todos fuera menos el padre!", ordenó el camillero. El padre de Ágata quedó descolocado: "¿Qué padre?" Finalmente, fue Montse la que la acompañó. "Ella es el padre", le dijo al camillero. Lo explica divertida, aunque con un matiz de hartazgo: "Es un continuo salir del armario".

Vendrell, por su parte, sospecha que a veces la homofobia está camuflada en uno mismo. "Hay homofobia interna", opina. Tiene 43 años y convive con Dolors desde hace 23, los tres últimos ya casadas. La pareja tiene tres hijos: Miguel, de 13 años, Marlèn, de 10, y Josep, de 4, un pequeño de pelo rizado que ofrece una de las galletas que está comiendo y que acaba durmiéndose apoyado en el pecho de su madre mientras se chupa el pulgar. Elisabet prefiere no divulgar cómo nacieron sus tres hijos, pero explica que los de parejas lesbianas nacen mayoritariamente por inseminación artificial. También hay un alto porcentaje de adopciones, el procedimiento más habitual entre gays. Y, por último, hay niños nacidos de parejas anteriores.

Elisabet asegura no haber sufrido a causa del rechazo social y lo achaca a la claridad con la que siempre han expuesto la situación ella y su pareja. "Hay que preparar a tu entorno. Ir con la verdad por delante". En cuanto a los niños, "crecen sabiéndolo". Y crecen exactamente igual que los hijos de parejas heterosexuales, según el resultado de una investigación de Mar González, doctora en Psicología por la Universidad de Sevilla. La única diferencia es en positivo porque ellos son más abiertos y tolerantes. "...Vamos al cine, bailamos, salimos de fiesta, pero lo más importante es que respiramos como tú", proclaman en un cartel jóvenes del colectivo H2O, vinculado a la asociación.