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La juez encarcela al conductor que causó el accidente del bus de Málaga

Jesús Gil Rubio está acusado de la muerte de nueve turistas finlandeses

Fernando J. Pérez

Jesús Gil Rubio, que el pasado 19 de abril supuestamente provocó el accidente de autobús de Torremolinos (Málaga), en el que murieron nueve turistas finlandeses y resultaron heridas otras 41 personas, pasó ayer de la planta de Traumatología del Hospital Clínico de Málaga al módulo de ingresos de la prisión de Alhaurín de la Torre.

La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Torremolinos, Blanca Medialdea, decretó ayer prisión provisional sin fianza para Gil, de 27 años, quien conducía con exceso de velocidad y el doble de alcohol de lo permitido el todoterreno Kia que colisionó con el autobús causando su vuelco y la posterior tragedia.

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La juez Medialdea asumía así la petición del fiscal delegado de Seguridad Vial de Málaga, Javier Torres, quien reclamaba cárcel para Gil, acusado de un total de 52 delitos: nueve de homicidio por imprudencia grave, 41 de lesiones, un delito de conducción temeraria y otro de conducción bajo los efectos del alcohol. Además de la naturaleza de los hechos y de las penas a las que se enfrenta el conductor -hasta cuatro años de prisión-, la juez entiende que el hecho de que Gil trabaje como transportista -sacó el permiso para conducir camiones en 2005- incrementa el riesgo de fuga.

La decisión de la juez, tomada sin haber recibido el atestado definitivo del accidente, indignó al abogado defensor de Gil, Pedro Apalategui, que calificó la resolución de "pantomima". El reputado penalista malagueño aseguró a Efe haberse sentido "burlado y utilizado" al entender que el auto estaba "acordado entre el fiscal y el juez sin celebrarse la vistilla". El letrado anunció que recurrirá el auto y añadió que en treinta años de ejercicio "nunca" ha visto que en un tema culposo -es decir, en el que hay imprudencia pero no intención- se acuerde prisión preventiva.

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El conductor del todoterreno, que llegó al juzgado cojeando y con un collarín, reconoció que circulaba por la autovía A-7 a "un poco más de 120 kilómetros por hora" a pesar de la lluvia, y afirmó que perdió el control del vehículo al tocar el freno tras advertir que el coche que le precedía aminoraba la velocidad. Respecto a la tasa de alcohol, admitió haber tomado ese día "dos cañas de cerveza", y aseguró que la última la bebió aproximadamente cuatro horas antes del siniestro, que se produjo a las 19.30 del sábado 19. Durante la declaración, según fuentes judiciales, Gil se mostró "horrorizado" y "apesadumbrado" por las consecuencias del accidente.

El relato indiciario que hace la juez de cómo se produjo la tragedia es el siguiente, a falta de que el grupo de reconstrucción de accidentes de la Guardia Civil cierre el atestado: El todoterreno Kia negro conducido por Gil circulaba en sentido Málaga por el carril izquierdo de los tres de que consta ese tramo de la A-7. Gil, que salía de un largo tramo descendente, conducía a poco más de 120 kilómetros por hora, una velocidad inadecuada si se tiene en cuenta de que llovía, hacía viento y el firme estaba mojado.

Tras pisar el freno, el 4x4 se deslizó y chocó contra la protección metálica tipo bionda del lado izquierdo. Gil perdió el control del todoterreno, que se desplazó hacia la derecha bruscamente. El frontal del Kia golpeó entonces con el ángulo trasero izquierdo del autobús de turistas finlandeses, que giró sobre su eje, y volcó.

El autobús se arrastró durante más de 50 metros por la calzada, y la bionda del lado izquierdo entró en el interior del vehículo por el cristal trasero. En el movimiento, la valla metálica actuó como una cuchilla que agravó las consecuencias del accidente. En el auto, la juez no menciona este hecho a pesar de que fue manejado por la defensa de Gil. "La bionda no tiene influencia en la responsabilidad criminal", aseguró ayer el fiscal de Seguridad Vial. Tampoco se han tenido en consideración en la vista el historial como conductor de Gil, quien hasta ahora sólo tenía una multa por saltarse una señal de stop en 2005 y otra sanción por conducir sin casco un ciclomotor.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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