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IU se aprieta el cinturón

La organización ultima un plan de recorte de gastos tras el batacazo electoral

En la noche electoral del 9-M, cuando ya era definitivo que IU se había desplomado, varios trabajadores de la sede madrileña se alejaron de las cámaras y se echaron a llorar en un pasillo. No lamentaban sólo la suerte de IU, sino su propio futuro: sin grupo parlamentario no hay dinero, y sin dinero no se puede mantener una organización ni a su plantilla. Muchos temieron por sus puestos de trabajo.

Mes y medio después, la comisión interna encargada de buscar soluciones para ese descalabro económico está a punto de terminar un "plan de viabilidad" con dos patas: imponer el recorte de gastos -habrá que limitar los viajes internacionales, por ejemplo- y obligar a las federaciones a pagar a la dirección federal una parte de la cuota de cada afiliado (un euro por mes), algo que ya era obligatorio desde enero de 2006 pero que la mayoría no cumplía. Ahora, tendrán que hacerlo, y abonar todo lo acumulado desde esa fecha, lo que supondrá una inyección de más de 1,5 millones. Pero eso puede originar una nueva bronca entre las federaciones críticas y el equipo de Llamazares.

La buena noticia es que la tercera pata del plan, el temido expediente de regulación de empleo, ha sido descartado por el momento. "Vamos a hacer todo lo posible para no despedir a nadie", asegura un dirigente de IU.

Y es que, al final, la hecatombe no ha sido tal. "Vamos a pasar un tiempo de austeridad, pero no de penuria", dijo Llamazares el pasado sábado. A pesar de perder 300.000 votos y tres de los cinco escaños que tenía, IU-ICV ha logrado in extremis formar grupo parlamentario asociándose en el Congreso con ERC. Recibirá menos dinero público, pero no tanto menos como podía temerse en la noche infausta del 9-M. "Lo fundamental es que, teniendo grupo parlamentario, el Estado te paga buena parte del mailing [propaganda electoral]: más de cinco millones de euros. No cobrar eso sí hubiera sido dramático", explica un dirigente de IU. En cuando a la subvención mensual, de los 155.000 euros que entraban en IU cada mes se bajará a unos 140.000. "Asumible".

Aun así, la organización arrastra una deuda con los bancos de casi 12 millones. "Alta, aunque inferior a la que había en 1999, que alcanzaba los 16 millones", subraya este responsable. "Pero es verdad que en esta legislatura vamos a tener que apretarnos el cinturón para pagar a los bancos. Una dificultad más; estamos acostumbrados".

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