"Nos queda un pelo del calvo"

"De ésas, en mi carrera, he hecho 254.000", evocó Heinze con la nostalgia fantasiosa del cazador furtivo; "pero hasta hoy no me habían pitado penalti". Fue el árbitro David Borbalán quien decretó que el central argentino había desequilibrado a Llorente con mala fe mediada la primera parte. Borbalán sopló el silbato y Heinze se llevó las manos a la cabeza. Estaba desolado: "¿Pero qué hice yo?". En el día en que el Bernabéu se había preparado para la fiesta más grande, a unos metros de los Ultras Sur, bajo un mosaico de banderas españolas, Heinze sintió que había embarrado una jornada sagrada. Pero entonces entró en acción Casillas. El portero no sólo paró el penalti a Garmendia. En otras dos acciones desarmó las andanadas del Athletic cuando amenazaban con descarrilar al Madrid de su camino hacia el título. Sus intervenciones tuvieron efecto en el rival, que se fue hundiendo.

"Lo mejor es no pensar en el título. Si te obsesionas, la cagas"

El entrenador del equipo vasco, Joaquín Caparrós, mostró un abatimiento locuaz: "El 3-0 ha sido demasiado castigo. Pero así es el Madrid. Máxima eficacia ante el gol y un futbolista que marca las diferencias: Casillas. Cuando estás atacando, con moral, aparece y dice: 'Quietos'. Siempre marca las diferencias en los momentos clave. Así es imposible tener capacidad de reacción".

El hombre de la noche salió del vestuario haciéndose el distraído. Iba muy pinturero. Hace tiempo que superó la época del chándal de algodón. Ahora se peina con cuidado y va con chaquetas de cóctel y vaqueros lavados a la piedra. Tiene prisa, como las estrellas. Y es lo más parecido a un capitán-portavoz, puesto que Raúl tarda dos horas en ducharse y Guti sólo habla en situaciones de crisis terminal. Cuando se detuvo ante la muchedumbre de cámaras, se puso muy grave y dijo: "Hay que ser cautos. Nos falta un pelín. Un puntito de doce. Un pelo del calvo".

"Hemos entrado en una dinámica muy buena de no recibir el primer gol del partido", reflexionó Casillas; "ahora esperemos que en Pamplona podamos poner el punto final. No busco el Trofeo Zamora. Me gustan los premios colectivos. Ahora estoy contento porque me voy a cero. Como portero, cuando no recibes ningún gol, te sientes mejor contigo mismo. Yo estoy satisfecho por el trabajo de mis defensas. Son unos fenómenos. Han hecho un gran trabajo. Llevamos tres partidos sin recibir goles. Sale todo bien y eso te da más confianza".

"Preferiría ser campeón en Pamplona", prosiguió Casillas; "estoy harto del tema de la Pasarela Cibeles". El jugador hizo referencia al reclamo de cierto sector forofo que desea cantar el alirón en la visita del Barça, el jueves 8 de mayo. También explicó que lo mejor es no pensar en el título y concentrarse en los partidos: "Cuando piensas en ello y te obsesionas, la cagas".

Drenthe hizo una demostración de su buen nivel de castellano tras ocho meses de clases. Al pasar junto a él, le dio un toquecito de complicidad: "¡Iker, máquina!". Pepe también le elogió: "La parada del penalti, a mano cambiada, ha sido muy complicada. En ese momento nos ha dado mucha confianza". Marcelo concluyó: "La parada más espectacular fue al tiro de Susaeta".