Talento mecánico
Santi Freixa, la figura de la selección española de hockey, destaca el carácter contracultural del equipo que dirige Hendriks
Una bola, un campo de hierba, once jugadores y una misión: atacar la portería. La única diferencia sustancial entre el hockey y el fútbol es la necesidad de ser certero en el manejo de la bola no con los pies, sino con la cara plana de un palo ganchudo. Tácticamente, son disciplinas similares. Filosóficamente, resultan antagónicas. Basta con escuchar el discurso del jugador más hábil del mundo, el más creativo en la manipulación de este palo ganchudo, el stick.
"En la selección española, cada jugador va con su libreta de apuntes", dice Santi Freixa mientras sorbe un café solo en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de San Cugat. "A cada reunión que tenemos, técnica, psicológica, de equipo, individual, de lo que sea, llevamos la libreta. Si, por ejemplo, juegas contra Pakistán, vas a tus notas y ahí está lo esencial: jugadores peligrosos, táctica que hemos aplicado, dónde tirar el penalti-córner, qué defensa utilizan... Todo lo que necesitarás".
El pelotero de la libreta es la figura nacional. Tiene 25 años y, contra la costumbre de los grandes creativos del fútbol, ni se siente un artista ni abandonó los estudios tras una infancia apretada. Es licenciado en Comercio Exterior y estudia Empresariales. Pero esto no es lo más extraño. Lo que le diferencia del común de los futbolistas talentosos es que Freixa no persigue la iluminación por la vía intuitiva. El virtuoso del hockey persevera en la pregunta mecánica: ¿qué circunstancias causan el suceso?
"¿Que los futbolistas creativos no piensan igual que yo?", se plantea; "si en el fútbol quitas el fuera de juego y permites cambios indefinidos, como en el hockey, estos jugadores creativos... Extinción. No sirven para nada".
"La selección de hockey no deja nada al azar", prosigue Freixa con vehemencia; "en este sentido, somos antiespañoles. ¿Qué dice el español? 'La pelota no ha querido entrar' o 'hemos tenido un mal día'. El entrenador no nos permite este tipo de conducta. Para Maurits Hendriks, detrás de un buen o un mal rendimiento siempre hay una causa científica".
Hendriks, que se crió en un barco mercante junto a su padre, que era marino, es la quintaesencia del holandés cosmopolita. Como buen protestante, desconfía de la magia. Destaca por su cuerpo de rinoceronte entre un séquito de técnicos, preparadores, informáticos y psicólogos que le siguen como el reflujo a la marea. Después de seis años al frente del equipo, se muestra satisfecho. Desde los Juegos de Atenas 2004, España ha ocupado el podio de todos los campeonatos. En 2006 fue bronce en el Mundial y en 2007 plata en el Europeo. "Es la primera vez en la historia que España se clasifica para los Juegos con un año de anticipación", dice; "esto nos permite hacer una miniconcentración de tres días al mes. Sin jugar. Sólo para ensayar cosas como el trabajo con Donna, la psicóloga. Tardé seis años en encontrarla. Buscaba una entrenadora de alto rendimiento antes que una teórica de métodos. Alguien que sepa cómo mejorar la comunicación, un tema esencial en los deportes de equipo. ¿Nadie se ha preguntado por qué es tan complicado que dos estrellas rindan en la misma delantera? ¿Por qué Henry y Eto'o no funcionan tan bien como Eto'o y Giuly? Porque no saben cómo es cada uno y necesitan llegar a un entendimiento. El psicólogo te puede ayudar a que mires lo que necesita la otra persona".
Al revés de los futbolistas, que prefieren no hablar de táctica, Freixa exhibe con orgullo la complejidad científica de su disciplina. "El hockey ha ganado a muchos deportes la batalla tecnológica y la batalla táctica y de espionaje", afirma; "hay mil ejemplos. En el Champions Trophy, contra Alemania, recuerdo que no nos salían las cosas y necesitábamos otra opción. Estaba en el banquillo antes de un penalti-córner y Maurits cogió su ordenador. Allí recibía imágenes del partido en tiempo real, con secuencias editadas por un técnico que opera desde una torre. Me dice: 'Santi, aquí, a la derecha del portero, hay espacio'. Yo dije a mis compañeros el penalti que era, Ramón Alegre me dio la bola, se trasladó a esa zona y yo le hice el pase. Fue gol. ¡Sin mirar! Ya había visto en el ordenador la salida que hacía la defensa alemana. Las aplicaciones tecnológicas no te quitan la iniciativa. Te dan soluciones que pueden hacer la diferencia".
En busca de detalles capaces de marcar la diferencia en los Juegos, la federación, con el apoyo del CSD, construyó una réplica del campo de Pekín en Terrassa. La obra, que costó cerca de un millón de euros, permite que la selección española sea la único del mundo, aparte de la china, que cuenta con la ventaja de preparar el torneo sobre la extraña superficie de la marca Poligrass. Se trata de una alfombra que goza de la peor reputación entre los profesionales, pero que, por insondables motivos comerciales, obtuvo la licencia de cancha olímpica.
"Será un punto muy importante", dice Freixa; "Poligrass tiene sus peculiaridades. Cuesta que la bola vaya realmente llana. Siempre hay algún tipo de botecito. Es mucho más blanda, se te hunde mucho más el pie. Pero son cosas que el equipo está trabajando para adaptarnos. Tenemos que sentirnos fuertes allí y entrenarnos para acostumbrarnos a este bote. Y no decir cada vez que bote: '¡Vaya mierda de campo!".
Hendriks saborea el triunfo estratégico. "Tenemos una cola de selecciones que nos han pedido entrenarse aquí", advierte, "y, evidentemente, les hemos dicho que no".
Santi Freixa
- Apodado Gugu, nació el 13 de febrero de 1983 en Terrassa.
- Es licenciado en Comercio Exterior y estudia Empresariales.
- Se inició en el Atletic Terrassa. Desde el año pasado milita en el Ámsterdam, actual líder de la Liga holandesa.
- La Federación Internacional le nombró Talento del Año en 2004.
- El delantero ha conquistado con la selección un Champions Challenge (2003), un Champions Trophy (2004), un bronce en la Copa del Mundo de 2006 y una plata en el Campeonato de Europa de 2007.
- Clasificados para Pekín con un año de anticipación, se concentra con sus compañeros tres días al mes.
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