Los bancos acreedores de Portillo se hacen con el control de Colonial
El Popular se convierte, con el 9%, en el primer accionista de la inmobiliaria
Luis Portillo, el hombre que fundó un imperio desde una pequeña subcontrata familiar, el empresario sevillano que absorbió la gran Colonial desde la pequeña Inmocaral, quedó ayer descabalgado como mayor accionista de la inmobiliaria que presidió hasta el 28 de diciembre del año pasado.
Los 15 bancos y cajas acreedores de Portillo llegaron a un acuerdo por el que intercambian la deuda de 1.400 millones por el 25% del capital de Colonial. Los nuevos hombres fuertes de la inmobiliaria se harán cargo de la gestión, para lo que renovarán el consejo de administración. El Popular se convierte, con el 9,15% del capital, en el mayor accionista de una empresa que en los últimos meses ha atravesado fuertes turbulencias.
Por ahora, al Popular todavía le supera Nozar, de la familia Nozaleda, que controla más de un 12%. Pero este grupo mantiene conversaciones con cuatro bancos -Caixa Galicia, Royal Bank of Scotland, Natixis y JPMorgan- para reducir su participación y dejarla en un 5%. A la espera de que dos de estos bancos se sumen al acuerdo, Nozar prevé cerrar la operación en una o dos semanas.
Los 15 bancos a los que Portillo debía el dinero que utilizó para comprar Colonial han decidido agrupar todos los títulos de la compañía en una sociedad conjunta, según las fuentes cercanas a la negociación.
Tras el Popular, el segundo mayor acreedor de Portillo es La Caixa, que controlará un 5,4%. Es éste un viaje de ida y vuelta para la caja catalana, que vendió Colonial, precisamente, a Luis Portillo en junio de 2006, cuando se olió que el negocio inmobiliario no iba a continuar tan boyante como lo había sido hasta entonces. Y tenía razón la entidad catalana, que entonces se embolsó con la operación unos 1.480 millones de euros.
Durante el día de ayer, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) mantuvo congelada la cotización de la empresa, que el jueves había cerrado a 88 céntimos. Los títulos de Colonial han experimentado en lo que va de año un desplome sin precedentes: de los más de tres euros que valían en diciembre del año pasado a los 88 céntimos por los que se cambian ahora.
No es éste el único problema por el que ha pasado una empresa que cuenta con un valioso patrimonio en renta. Y a la que, en principio, la crisis inmobiliaria debería afectar menos porque se dedica principalmente al alquiler de edificios y no a la promoción residencial.
Pero han tenido que ser los bancos acreedores los que den un golpe encima de la mesa para solucionar la situación. Durante la tarde de ayer, la CNMV colgó de su página web un goteo de comunicados donde los bancos informaban de que asumían un porcentaje del capital de la empresa a cambio de la deuda que atesoraban (sistema que se llama dación en pago).
Colonial, que acumula una deuda cercana a los 9.000 millones de euros, ha vivido inmersa en un periodo de inestabilidad, en el que tres empresas han tratado de absorberla. Ninguno de estos proyectos vio finalmente la luz.
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