El 'rey' de la mafia ceutí

Mohamed Taieb Ahmed, alias El Nene, de 32 años, lleva toda su vida caminando descalzo sobre el filo de una navaja. Se cae una y otra vez, pero tiene la extraordinaria habilidad para levantarse como si nada hubiera sucedido. Su detención y próxima extradición a Marruecos son un nuevo tropiezo del que tarde o temprano se recuperará.

El Nene es el prototipo de triunfador sin escrúpulos al que quieren emular decenas de jóvenes desocupados de los barrios ceutíes de El Príncipe Alfonso y Hadú, los más deprimidos de la ciudad. Chicos musulmanes sin estudios que a las siete de la tarde exhiben con descaro sus motos de gran cilindrada compradas con los beneficios de un viaje en "goma" (lancha) desde Marruecos hasta las costas de Málaga. Los viajes con los que este traficante ha amasado una fortuna difícil de localizar gracias a la red de testaferros que le crearon algunos de los más afamados abogados ceutíes.

A los 16 años alquilaba motores fuera borda para las lanchas de los traficantes, un negocio que le facilitó el contacto con el narcotráfico. Poco después tenía su propia lancha y su organización. En 1998, la Unidad Central de Estupefacientes le detuvo rodeado de fardos de hachís y le definió como "uno de los proveedores exportadores de hachís más importantes del norte de África". Tenía sólo 22 años y ya acaparaba páginas y titulares de EL PAÍS, unas informaciones que leía con el morbo y la satisfacción del que ansía la fama a cualquier precio. Entonces El Nene y otros traficantes paseaban y se exhibían con sus pistolas y descapotables por el centro de la ciudad, una localidad de 19 kilómetros cuadrados y unos 70.000 habitantes. Antes de huir a Marruecos este mafioso arriesgado e insolente se benefició muchas veces del clima corrupto que se respiraba en todas las instituciones de la ciudad (cárcel incluida), una pequeña Sicilia en la que llegó a ser el rey.

Detenido en Ceuta el 'Nene', uno de los mayores traficantes de hachís del mundo