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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Vicente Bautista Belda, escritor y pintor alicantino

Cultivó la amistad de Miguel Hernández y Ramón Sijé

Vicente Bautista Belda, escritor y pintor, falleció ayer a los 91 años de edad en su localidad natal, Callosa del Segura (Alicante). Allí nació el 5 de mayo de 1917. Desde pequeño tuvo inquietudes culturales, en su faceta literaria conoció a Miguel Hernández y a Ramón Sijé, y en la pintura fue amigo y discípulo de Gastón Castelló.

Uno de los libros más destacados de este autor, considerado para algunos de la Generación del 36, fue Las aguas vuelven a su cauce (1960), obra que escribió en el psiquiátrico de Santa Faz de Alicante y que alcanzó su segunda edición en 1991.

A lo largo de su vida publicó un total de 14 novelas, la mayoría de ellas las autopublicaba para evitar presiones de las editoriales o de las administraciones, según recuerdan algunos de sus amigos.

El periodista, escritor y Premio de las Letras Valencianas, Enrique Cerdán Tato, destacó ayer "su prosa de inmediatez" en la que, a través de sus textos, "retrataba la realidad y la traspasaba al papel". Según Cerdán Tato, desaparece un autor "comprometido en su tiempo y su sociedad", que conoció en su adolescencia a Miguel Hernández, poeta oriolano, y a Ramón Sijé, que acudían con frecuencia a casa de su tía.

De su amistad con el pintor Gastón Castelló descubrió su segunda pasión en esta vida: la pintura. En el frente, donde llegó afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas, se casó con su primera mujer, Carmen Martínez García, con la que tuvo dos hijas. Estuvo preso en un campo de concentración en Alicante, sufrió la represión del franquismo y tras la Guerra Civil se exilió a París. "Fue un luchador de la democracia", recordaba ayer el diputado socialista y dramaturgo, Antonio Amorós, que le conoció personalmente. "Pintó bien y de la pintura vivió", matiza.

En 1970 conoció al otro amor de su vida, la soprano, también de Callosa, María Rosa Zaragoza, con la que se instaló en Madrid y con la que a partir de 1979 vivió en México, invitados por el presidente López Portillo, donde conoció, entre otros, a Octavio Paz y Carlos Fuentes. Su mujer enfermó y regresaron a su tierra natal. En sus últimos años mantuvo una intensa relación con los poetas Francisco Salinas, Santiago Moreno y Ramón López Serna.

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