El Síndic investiga una denuncia por supuesta xenofobia en un instituto
El centro expulsó a un menor de origen magrebí
El Síndic de Greuges investiga una denuncia de SOS Racismo por un presunto caso de xenofobia en un instituto de Badalona. El origen de la denuncia está en la expulsión de un joven de 13 años de origen magrebí por haber llevado al centro, supuestamente, hojas de marihuana para su distribución entre los alumnos. Así consta, según la dirección del instituto, en el expediente disciplinario que culminó con su expulsión.
SOS Racismo considera que ha habido "mala práctica" y los familiares del joven consideran "injusto" que el centro le acuse, sin pruebas, de tráfico de drogas.
El Síndic se dirigió el pasado 10 de abril al Departamento de Educación para recabar todos los datos del caso, que se ha producido en el centro Barres i Ones, en el barrio de Llefià de Badalona.
SOS Racismo también ha solicitado a Educación, a través de una carta, que investigue el caso. Un portavoz del departamento confirmó la denuncia de la entidad y añadió que los servicios de inspección ratificaron en su día la decisión de la dirección de expulsar al joven. El menor se encuentra ahora en otro centro de la misma localidad a propuesta de la dirección del instituto y con el apoyo de los padres, que optaron por esta vía para evitar males mayores a su hijo.
En la misiva a la Administración, SOS Racismo admite que se trata de un "caso complejo", pero sostiene que la multitud de quejas planteadas por la familia "hacen pensar en una posible actuación dura y precipitada por parte de la dirección". "Alguna cosa ha fallado y hay que saber cuál", prosigue el texto.
El suceso ocurrió el pasado mes de noviembre. La familia asegura que el estudiante recogió, junto a varios amigos, unas hojas de marihuana de un parque de Badalona. Después se desprendió de ellas. En cambio, la dirección asegura que recibió el aviso de varios alumnos, que aseguraron haber visto al joven con las hojas en el instituto. Una fuente del centro dice que el joven fue registrado por la policía en el instituto. Tras su expulsión, pasó unos meses con una fuerte depresión de la que ahora se recupera en el nuevo centro. Los padres reclaman que el nombre de su hijo quede limpio de cualquier relación con el tráfico de drogas.
La dirección del centro defendió que no hubo trato discriminatorio y asegura que la expulsión vino por la denuncia de una serie de alumnos, quienes aseguraron que el joven llevaba marihuana a clase.
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