Nuevo intento de reforma del voto emigrante

PP, PSdeG y BNG decidieron ayer dar una segunda oportunidad a la frustrada reforma del voto emigrante. Las tres formaciones políticas gallegas con representación parlamentaria estuvieron de acuerdo en impulsar una modificación de la Ley Electoral General para que los residentes en el exterior puedan optar entre votar en urna en consulados y embajadas y emitir su sufragio por correo siguiendo el mismo procedimiento que los ciudadanos que viven en España. Los tres están de acuerdo, además, en que la reforma de la ley debería completarse a tiempo de ser aplicada en las elecciones gallegas del próximo año, pero ahí termina el consenso y empiezan las discrepancias.

La primera, y la más seria, la firma el PSdeG, que ahora duda de la conveniencia de impulsar la reforma a través de una proposición de ley (el mismo procedimiento que acaba de utilizar el Parlamento para reclamar el traspaso de las competencias de tráfico). Su portavoz en la ponencia sobre el voto emigrante, Xaquín Fernández Leiceaga, asegura que su partido prefiere rebajar el rango de la iniciativa al de una simple proposición no de ley porque existe un compromiso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de poner en marcha una ponencia sobre este mismo asunto en el Congreso de los Diputados. Los socialistas tomarán una decisión definitiva la semana próxima, una vez constatado que tanto el BNG como el PP son partidarios de mantener la fórmula pactada el año pasado.

La segunda discrepancia procede de las filas del Partido Popular, que no tiene una posición fijada en relación con la propuesta del Bloque y el PSdeG de impedir que los emigrantes puedan volver a votar en unas elecciones municipales.

En lo que sí estuvieron de acuerdo fue en intentar que la reforma se tramite a tiempo de ser aplicada a las elecciones gallegas. La legislatura termina en junio del año próximo pero la Xunta ya ha sugerido que Emilio Pérez Touriño las adelantará como mínimo al mes de marzo para que no coincidan con las europeas. De ser así, quedan apenas doce meses no sólo para tramitar la reforma (primero en el Parlamento de Galicia y después en el Congreso), así como para poner en marcha la logística necesaria para hacer realidad la votación en urna en las embajadas y consulados así como la tramitación del voto por correo en condiciones análogas a las que se aplican dentro de España.