Trampa con 2 bombas de ETA a la Guardia Civil en Navarra
Un artefacto falló y el otro estalló sin agentes cerca
ETA estaba decidida a vestir de luto el día de la segunda toma de posesión como presidente del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Para ello, había tendido una trampa con dos bombas, repletas de metralla, en una caseta de telefonía sita en un monte de la localidad de Lapoblación (Navarra). El objetivo era hacer estallar casi al amanecer uno de los artefactos y, cuando la Guardia Civil estuviera revisando la zona, hacer explotar el segundo, que estaba cargado con metralla. La bomba destinada a los agentes había sido colocada sobre una caseta, a una altura de 1,8 metros. Dispuesta para matar y herir a todo el que estuviera en su radio de acción.
Los terroristas pusieron un cartel: "Peligro. Bomba de ETA. No tocar"
La existencia de la trampa fue conocida después de que, pasadas las once de la mañana, un caminante que pasaba por la zona -apartada, a 1.000 metros de altitud, con grandes vistas y, sobre todo, escasamente visitada- escuchase un estallido y viese una columna de humo, a unos 400 metros del casco urbano de Lapoblación. El ciudadano, que iba por el llamado "camino del Repetidor", telefoneó al 112, le saltó la central de emergencias de La Rioja (Lapoblación está más cerca de Logroño que de Pamplona) y ésta informó a la de Navarra, que llamó a la Guardia Civil. Al llegar, los agentes vieron que los terroristas habían dejado un cartel cerca del artefacto en el que ponía "Peligro. Bomba de ETA. No tocar".
La bomba que explotó estaba sobre una caseta de obra y teja ubicada dentro del cercado que alberga media docena de repetidores. El estallido apenas causó daños en la instalación y, de hecho, todas las antenas siguieron funcionando con normalidad. El artefacto había estallado parcialmente. De los aproximadamente cinco kilos de explosivo, supuestamente amonal, apenas habían estallado dos, según fuentes de la Guardia Civil. Estaba cargado de metralla.
No hubo aviso telefónico alguno por parte de ETA, como viene siendo habitual en los últimos atentados con bomba, lo que ha causado cierta extrañeza, ya que de no haber sido por el caminante, posiblemente nadie se hubiese dado cuenta de que ETA había colocado allí bomba alguna hasta que algún operario hubiese ido a revisar el repetidor, que da servicio a Bomberos, Radio Nacional de España, ETB-2 y Autopistas Vasco-Navarra.
La bomba que no estalló estaba programada con un temporizador para explotar a primera hora de la mañana y la segunda, para hacerlo a la hora que lo hizo cuando seguramente aún estuvieran allí los agentes, en caso de que alguien hubiese notado la primera deflagración.
Los daños materiales han sido escasos, según los agentes que recorrieron la zona. "Mínimos, casi inapreciables", insistieron. La segunda bomba, en realidad la primera, fue hallada por los artificieros (Gedex) de la Guardia Civil sin estallar durante la revisión de la zona.
El fallo es el segundo con bombas trampa que comete ETA este año. El pasado 23 de febrero, los terroristas planearon una trampa parecida contra efectivos de la Ertzaintza colocando un artefacto en una ventana de la caseta del repetidor de comunicaciones del monte Arnotegi, en Bilbao, informa la agencia Vasco Press. Pero en este caso hubo aviso para que acudieran los agentes de la Policía Autónoma Vasca.
La bomba de ayer estalló poco después de que Zapatero concluyese su rueda de prensa tras prometer el cargo en el Palacio de la Zarzuela. De hecho, las fuerzas de seguridad estaban convencidas de que ETA iba a intentar un atentado en la semana que ahora acaba. Y siguen sin descartar otra acción. Desde que concluyó oficialmente la tregua, la banda terrorista ha asesinado a tres personas: dos guardias civiles en Francia y el ex concejal socialista Isaias Carrasco.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.