Una pareja con cara y ojos

Hizo falta que Rafael Nadal saltara subido a una silla, gritando "¡ahora, ahora!" y resoplando como una fiera. Que Emilio Sánchez Vicario, el capitán español, discutiera entre abucheos con el juez de silla, protestara al supervisor y pidiera irónicamente a la afición española que aplaudiera tras una decisión dudosa. Y, sobre todo, que Feliciano López y Fernando Verdasco jugaran durante casi cinco horas, se enfrentaran a 22 bolas de break, desaprovecharan 13 y vivieran un quinto set increíble con 22 juegos insufribles desgranados durante hora y media. Todo eso tuvo que pasar ayer para que la pareja española venciera en un partido desesperante a Kohlschreiber y Petzschke (6-7, 7-6 , 6-4, 2-6 y 12-10), el dobles alemán, y firmara el pase de España a las semifinales de la Copa Davis, en las que probablemente se enfrentará a Estados Unidos.

"Ha sido una victoria épica en un partido con muchos altibajos: 12-10 en el quinto... Una victoria con la que cualquier pareja sueña", resumió Sánchez Vicario, ensordecido durante el partido por los gritos de Nadal: "¡Diles que se crucen!", le chillaba; "¡diles que saquen más fuerte!", "¡diles que tiren con más margen!". "Feli y Fernando", continuó el capitán, "están haciendo un esfuerzo, concienciándose de que pueden jugar conjuntados. En los momentos difíciles, cuando uno estaba bajo, el otro tiraba de él. Eso es jugar en pareja".

La delegación española interpretó el triunfo de su dúo como un síntoma de madurez. El equipo arrastra desde hace años complejos con fecha y hora: el sábado, día del dobles, había adquirido categoría de jornada desesperante. "Es que es nuestra asignatura pendiente", reconoció Nadal; "por eso ésta es una victoria importante. Para nosotros es difícil ganar fuera, y más por 0-3". De hecho, España, que venía de eliminar a Perú en Lima, ganó dos eliminatorias consecutivas a domicilio por primera vez en su historia.

La victoria, sin embargo, despejó pocas de las dudas que genera el dobles. Fue un partido irregular, con dos parejas sin especialistas. Sí algo quedó claro es que Verdasco no es un voleador. Feliciano le sostuvo en los peores momentos, cuando su desconexión y la de los rivales rebajó el nivel del partido. El madrileño, que entró "en crisis" en el cuarto set, respondió con fiereza en el momento decisivo. El encuentro, 6-6 en la quinta manga, le descubrió dispuesto a todo cuando ya sólo un break decidía el ganador. No hubo concesiones. La pareja española volvió a salir victoriosa entre baches, igual que en la eliminatoria ganada a Suiza en 2007. Y eso, visto el desolador panorama del dobles en los últimos diez años, es mucho.

"Son una pareja bastante consolidada", argumentó Àlex Corretja, campeón de la Davis en 2000; "en este tipo de superficie, rápida, les tengo bastante confianza. Quizá en tierra bajan un poquito su nivel, pero se compenetran bastante bien. Eso se ve en los movimientos y en cómo se cubren. Feliciano, por ejemplo, saca muy bien, Fernando resta mejor y desde el fondo de la pista lleva la batuta porque tira muy fuerte, durísimo, con la derecha y muy bien con el revés. Halla buenos ángulos y tiene habilidad para los globos. Uno va supliendo las faltas del otro. La verdad, son una pareja con cara y ojos".