El largo camino hacia los acuerdos
Los siete partidos que ayer se abstuvieron serán para Zapatero la clave de la gobernabilidad
José Luis Rodríguez Zapatero aún no es presidente, pero tras el debate y votación de la primera sesión de su investidura ya puede empezar a sacar conclusiones de quién puede estar al lado del Gobierno en según qué cosas. El camino a los acuerdos será más largo (quizá imposible) con los que dijeron no: PP, ERC y UPD. Y más llano con los que se abstuvieron: CiU, PNV, BNG, IU-ICV, CC y Nafarroa Bai.
CiU Sin prisas hasta septiembre
Los nacionalistas catalanes ven la pista despejada para un pacto futuro
El presidente advierte al PNV de Ibarretxe: "Aventuras, no"
Convergència i Unió (CiU) aspiraba a tener un papel indispensable en esta legislatura: convertirse, con sus 10 diputados, en único socio del PSOE. No lo ha conseguido porque los socialistas disponen de más alternativas. Ahora, CiU busca erigirse en principal aliado. Y, después del complaciente debate que Josep Antoni Duran Lleida mantuvo con José Luis Rodríguez Zapatero, los nacionalistas catalanes opinan que todo marcha por la senda correcta. Los compromisos adquiridos por el presidente -publicar las balanzas fiscales y estudiar el trasvase de agua a Barcelona desde el Ródano- han dejado muy buen sabor de boca en CiU. Duran y los suyos contemplan esperanzados el devenir de la legislatura.
De momento, los nacionalistas van a urgir al PSOE a negociar el paquete de medidas que Zapatero anunció para hacer frente a la desaceleración económica y que los socialistas quieren presentar la próxima semana. Es en el campo económico y en política social donde Duran Lleida cree que existe más terreno para recorrer junto al Gobierno, como sucedió en la anterior legislatura.
En cambio, en materia de autogobierno -desarrollo del Estatuto y nuevo modelo de financiación autonómica- los eventuales acuerdos topan con la coyuntura política en Cataluña, con una Convergència i Unió en su papel de oposición a un tripartito comandado por el socialista José Montilla. Una situación difícil de armonizar.
Por este motivo, Duran se muestra dispuesto al diálogo con cautela y sin prisas. Y esperará a septiembre para adentrarse en un pacto de mayor calado con Zapatero. Para entonces, el panorama político en Cataluña quedará clarificado. ERC, inmersa en una profunda crisis de liderazgo, habrá celebrado su congreso y despejado su papel en el Ejecutivo catalán.
También Convergència -el socio de la Unió Democràtica de Duran en CiU- celebra su cónclave en julio en medio de la presión de ciertos sectores del partido que propugnan la ruptura con Unió y un planteamiento más soberanista. Y será en septiembre cuando el PSOE empiece las negociaciones para sacar adelante los presupuestos generales de 2009. Entonces CiU querrá hacerse valer.
PNV Órdago en el mus
José Luis Rodríguez Zapatero, aficionado al mus, dejó ayer muy claro al PNV (seis diputados) y al lehendakari, Juan José Ibarretxe, cuál es el terreno de juego para los próximos cuatro años en lo que al autogobierno vasco se refiere: un amplio acuerdo político en Euskadi dentro de la Constitución y siguiendo las reglas de juego. La partida de mus a la que se refería Josu Erkoreka, portavoz peneuvista en el Congreso, se jugará sobre ese tapete y sin desbordar sus límites.
Zapatero se mostró dispuesto a arriesgar, pero no a embarcarse en una "aventura". "Con el apoyo del 51% de los ciudadanos no se puede optar por una vía que sólo genera incertidumbre. ¿Cuál es mi respuesta? Seguridad y certidumbre, aventuras no. El PSOE no se subirá a un tren que no se sabe adónde va. Ése es el marco", replicó el líder socialista, en clara alusión a la hoja de ruta de Ibarretxe.
En la otra parte, el PNV se sintió defraudado por el planteamiento inicial de Zapatero para esta legislatura, por su decisión de "mirar hacia el PP" y "jactarse" de no tener ninguna atadura con los partidos pequeños. Una mayoría simple de 169 diputados que, recuerda el PNV, no es suficiente para sostener la legislatura en el día a día.
Pero lo que a los nacionalistas vascos les interesa sobre todo -en esa partida de mus metafórica planteada por Erkoreka el martes- es la posibilidad de alcanzar un pacto para un nuevo acuerdo político y una salida a la violencia de ETA. Y la dirección peneuvista ve con cierta preocupación que Zapatero no tenga, a su juicio, un "proyecto" para Euskadi, más allá de su voluntad manifiesta de que el PSE desbanque al PNV en el Gobierno vasco.
Erkoreka reiteró durante el vivo debate vivido en el hemiciclo que "los marcos políticos que no intenten adaptarse a esa pluralidad no servirán" porque "nadie puede imponer sus proyectos a los ciudadanos".
OTROS Cinco partidos, siete votos
Los dos partidos del Grupo Mixto que ayer se abstuvieron -y tres de los cuatro que se han desgajado de él, formando un grupo propio a última hora- son más numerosos que nunca, pero, en principio, bastante más insustanciales desde el punto de vista de los pactos. Ninguno supera los dos diputados, y el PSOE necesita siete apoyos externos en cada votación. Sin embargo, podrían ser clave si sus votos se suman entre ellos o a los del PNV, por ejemplo.
Las exigencias que pondrían sobre la mesa a cambio de su apoyo son de lo más diverso. IU-ICV (dos diputados que votan de forma autónoma) reclama por encima de todo la reforma de la Ley Electoral, y un compromiso de "cambio de izquierdas" por parte del PSOE. Lo primero, Zapatero ya ha dicho que lo estudiará; lo segundo asegura que va en su programa, pero es cuestión de interpretaciones.
Coalición Canaria (dos escaños) quiere subvención para crear una red ferroviaria en las islas y un convenio sobre obras hidráulicas; el BNG (dos), más competencias, como las de tráfico, y soluciones para el astillero Ferrol-FENE. Nafarroa Bai (una diputada) pidió ayer a Zapatero más inversión en infraestructuras, medidas estructurales en vivienda y que potencie el euskera en Navarra.
Información elaborada por Josep Garriga, Aitor Guenaga y Vera Gutiérrez Calvo.
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