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Reportaje:

El ungüentario vuelve "a casa"

La conselleira de Cultura deposita en el Museo del Mar la pieza arqueológica tras la campaña reivindicativa del PP, que llegó hasta el Tribunal Superior

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, declaró el de ayer como "día solemne" para la ciudad: la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, devolvía, al fin, el ungüentario que un día su predecesor en el cargo, Jesús Pérez Varela, decidió exponer en el Museo de las Peregrinaciones. Han tenido que intervenir hasta el Tribunal Superior de Xustiza y el Parlamento de Galicia para reponer esa joya arqueológica en el Museo del Mar después de una intensa y persistente campaña de Amigos de los Pazos y del diputado Ignacio López-Chaves denunciando "la usurpación" y reclamando su devolución en una campaña con la consigna El ungüentario es de Vigo.

La pieza, una pequeña ánfora de 15 centímetros de longitud y cinco de diámetro, fue hallada en 2003 con otros restos cerámicos de ánforas de usar y tirar, totalmente despedazados, en el entorno de La Paellera, uno de los accesos al túnel del Areal durante su construcción. Datada en el periodo de los siglos IV al VII (aunque la refriega reivindicativa ha remontado su procedencia al siglo III), se sitúa su origen en Palestina, lo que certificaría el auge de la industria y comercio del salazón del Vicus romano o su vinculación con las peregrinaciones a Tierra Santa.

'El ungüentario es de Vigo' fue la consigna en dos años de campaña
La pieza, hallada en 2003, se exponía en el Museo de las Peregrinaciones

Los patricios romanos que asentaron sus reales en el litoral vigués como precursores de los exportadores de peixe serían los únicos que podían permitirse comercializar los perfumes o aceites que se supone contuvo el pequeño recipiente. Por su función remite a los ajuares cosméticos que ya utilizaban las egipcias. Pero, por su data y características, se atribuye más fundamento a su uso como recipiente de óleos santos o de agua bendita para cristianar.

El rescate para la ciudad ha tenido una doble dimensión: entre la montaña de cascotes romanos, primero, y el burocrático, en los últimos tres años, como una politizada reivindicación patrimonial de corte localista.

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La pieza estuvo una breve temporada, en 2004, expuesta de manera más bien anodina en el Museo del Mar. Un vigués celoso de la identidad histórica de la ciudad la descubrió de súbito en una vitrina del compostelano Museo de las Peregrinaciones, y ahí empezó la guerra reivindicativa abanderada por Amigos de los Pazos, una asociación cultural que presidie Juan Manuel López Chaves, cuyo hijo Ignacio, parlamentario autonómico del PP, ha sido el principal ariete en la batalla.

Hace dos años arrancó la campaña El ungüentario es de Vigo. Sus promotores consiguieron reunir 3.800 firmas, incluyendo las de varios ex alcaldes, pidiendo "la devolución" en términos análogos a los del trámite oficial firmado por la entonces alcaldesa Corina Porro. La pieza tenía su lugar "natural", se decía, en el Museo Quiñones de León, en cuya sala de arquelogía permanecía en efigie, es decir, en fotografía, mientras se recurría a los tribunales en un contencioso que resolvió el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia atribuyendo al Parlamento la capacidad de decidir dónde ubicar el polémico ungüentario.

Los tres grupos parlamentarios decidieron finalmente, en diciembre pasado, exponerlo en el Museo del Mar, pese a lo cual, o precisamente por ello, el diputado López-Chaves no ha cejado en estos meses de urgir "la devolución", asociando las demoras a un hipotético interés de la conselleira Bugallo en castigar el patrimonio histórico vigués.

Ni Amigos de los Pazos ni los López-Chaves fueron mentados en el acto de ayer, salvo por la vía indirecta. Caballero lamentó que se "quisiera crear una polémica artificial y hacer del traslado [desde el Museo de las Peregrinaciones al del Mar] una batalla política". El teniente de alcalde, Santiago Domínguez, también señaló que con el acto de ayer "se demuestra que otros intentaron crear una polémica estéril", puesto que la conselleira "siempre tuvo la voluntad" de entregar el ungüentario a Vigo. Para ella fueron los agradecimientos.

Bugallo atribuyó las demoras en la entrega a los trabajos de investigación y documentación de la pieza que se han realizado en estos meses, hasta disponer de "las instalaciones idóneas para su conservación". Los promotores de la campaña reclamaban el ungüentario para el Museo Quiñones de León, pero estará en el Museo del Mar, subrayando su doble vinculación al comercio oriental y a las peregrinaciones.

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