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Crónica:31ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Decrépito Zaragoza

El Betis resuelve desde los costados y la afición blanquilla reacciona con una pañolada

Jordi Quixano

Se descuajeringa el Zaragoza sin que nadie le ponga remedio. Acuciado por la necesidad, sufre ataques de pánico y no encuentra un remedio reparador a sus quebraderos de cabeza. Lo atestiguó el Betis, que tiró de Mark González para ganar el partido y retorcer a un rival tan pusilánime como ramplón. Lo padeció la afición, que acabó por hacer la pañolada a la directiva y tildar a los futbolistas de mercenarios e ingratos.

Con Chaparro en el banquillo, el Betis ha pasado de ser un equipo desencajado, sin otra pauta que el orden defensivo, a un conjunto pragmático que entiende el juego como un intercambio de golpes en el que gana quien ensancha el campo. Ante el Barça le salió de rechupete, tras recibir dos goles y marcar tres; frente al Zaragoza, con la misma receta, la que mezcla el juego interior con el exterior, le sobraron dos.

ZARAGOZA 0 - BETIS 3

Zaragoza: César; Diogo, Ayala, Paredes, Zapater; Luccin (Aimar, m. 35); Sergio García, Gabi (Celades, m. 62), Matuzalem, Óscar (Oliveira, m. 60); y Diego Milito. No utilizados: López Vallejo; Pavón, Sergio y Chus Herrero.

Betis: Casto; Melli, Juanito, Ilic, Fernando Vega; Arzu (Juande, m. 60), Capi; Edu, Sobis (Lima, m. 76), Mark González (Odonkor, m. 46); y Pavone. No utilizados: Ricardo; Fernando, Nano y Xisco.

Goles: 0-1. M. 8. Mark González remata un centro de Sobis. 0-2. M. 16. Mark González define tras regatear a tres jugadores. 0-3. M. 63. Pavone.

Árbitro: Ontanaya López. Amonestó a Gabi, Aimar, Diogo y Juande.

27.000 espectadores en La Romareda.

Apocado y retraído, el Zaragoza se desentiende de Oliveira sin rubor alguno. Pecado capital porque es el único capaz de romper a las zagas con una carrera o un movimiento de cintura. Villanova, que antepone los galones a los méritos presentes, opta por un sistema con un solo punta, un 4-1-4-1. La idea consiste en reforzar los costados, zonas huérfanas durante el curso porque el equipo carece de extremos o interiores. Pero es un fracaso porque los volantes sólo trazan diagonales y buscan el perfil para el disparo o el pase interior. Ni un solo centro. De ahí, que Diego Milito, futbolista de olfato remojado desde hace tiempo, no atine. A escasos metros, ocurrió lo contrario.

Sostenido por Casto, el Betis lanza el balón al costado y se aplica en los toques dinámicos pero seguros. Edu, en la derecha, tiene desborde y llegada. Speedy González, en la izquierda, tiene cohetes por piernas y el don del oportunismo. Así, Pavone centró un balón al punto de penalti y Mark González se anticipó a la defensa para meter la cabeza. Luego, dribló a tres futbolistas y la coló por debajo de César. Todo eso, claro, ante otro ejercicio de insolidaridad defensiva del Zaragoza, que prefiere enfilar el marco adversario a cerrar el suyo. Lógico que Pavone pusiera la puntilla en el segundo acto. La afición, encolerizada, no se contentó con la pañolada y aguardó a los futbolistas a la salida de los vestuarios para proseguir con los insultos. Respira aliviado el Betis tras humillar al Zaragoza, equipo tan mal configurado como egoísta, que sufre una tortura y se mortifica pensando en lo que pudo ser, pero no es.

Aimar se lamenta mientras Capi y Pavone se felicitan por uno de los goles béticos.
Aimar se lamenta mientras Capi y Pavone se felicitan por uno de los goles béticos.EFE

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