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Crónica:31ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ya sueña el Athletic

Un gol de Garmendia liquida al Espanyol, que falló un penalti

Exigir un magnífico partido en el que los dos equipos jueguen bien parece un lujo. Se da poco. Lo habitual es que uno juegue bien y otro mal, o que uno juegue primero bien y luego mal o que ambos jueguen mal. Nunca se sabe qué es antes, si el huevo o la gallina. El Athletic hizo un más que buen primer tiempo y un segundo que rozó el aprobado, lo que coincidió con un aprobadillo primer tiempo del Espanyol y una más que buena segunda mitad. Así que entre ambos garantizaron una dosis de pundonor sobresaliente, un muestrario aceptable de buenas jugadas y un catálogo de oportunidades que demostró que los dos equipos andan justitos en esa asignatura. El Athletic malgastó dos mano a mano con Kameni que Javi Martínez y Susaeta (dos muchachos) no supieron resolver. El Espanyol se tropezó con el poste tras un magnífico disparo de Rufete y con un penalti lanzado al segundo graderío por Tamudo.

ATHLETIC 1 - ESPANYOL 0

Athletic: Armando; Iraola, Ocio, Amorebieta, Del Horno (Koikili, m. 67); Susaeta, Javi Martínez, Yeste (Muñoz, m. 37), Gabilondo; Garmendia (Etxeberria, m. 57) y Llorente. No utilizados: Aranzubia; Prieto, Aduriz y David López.

Espanyol: Kameni; Zabaleta, Jarque, Torrejón, David García; Rufete (Coro, m. 46), Ángel, Moisés, Valdo (Riera, m. 46); Luis García (Jonathan, m. 87) y Tamudo. No utilizados: Lafuente, Chica, Ewerthon y Lola.

Gol: 1-0. M. 13. Garmendia, de cabeza

Arbitro: Paradas Romero. Amonestó a Ocio, Del Horno, Javi Martínez, Etxeberria, Armando, Luis García, David García, Zabaleta y Moisés.

Unos 35.000 espectadores en San Mamés.

Antes de que todo eso ocurriera, Gabilondo se sacó un centro típico de zurdo con clase; uno de esos centros que antes abundaban y ahora escasean; centros tocados, fuertes, que miden al milímetro la manera de superar al defensa y dejar quieto al portero en la raya de gol. Centros de ésos que prácticamente dan en la cabeza del compañero, como tirando a dar, y que Garmendia resolvió con inteligencia limitándose a poner la frente sin parpadear. El chico, que hace dos semanas dio el gran susto en San Mamés al chocar con el portero del Getafe, Abbondanzieri, fue aplaudido a rabiar: por el gol y porque esta vez la cabeza le dio una alegría que valió el partido. Debió matar el partido el Athletic en los primeros 45 minutos y lo debió empatar el Espanyol en los segundos. Pero el equipo de Valverde ha perdido el ángel de hace unos meses y, sobre todo, el gol, lo que es peor.

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