48 Horas
Mientras proliferan las quinielas sobre el futuro gobierno de Manuel Chaves, el presidente andaluz guarda un hermetismo absoluto sobre su composición y su estructura. La experiencia es un grado y a estas alturas va a ser realmente difícil que se cometan aquí los mismos errores que se observan en Madrid en donde las filtraciones, generalmente interesadas, no cesan en torno al nuevo Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero: que si tan sólo será un equipo para los próximos dos años, que si ascenderá a su jefe de gabinete y todo tipo de especulaciones que ayudan bien poco al mínimo sosiego que requiere tan trascendental tarea. Así que sólo cabe esperar a que en la Moncloa muevan ficha esta semana para ir despejando algunas incógnitas que se ciernen, por ejemplo, sobre la cuota andaluza que habrá en dicho equipo, aunque hay que preguntarse si incluimos o no en tal capítulo a los Rubalcaba, Moratinos o Soria. Mientras tanto, en la Casa Rosa, se trabaja en el discurso de investidura de Chaves quien, como viene siendo habitual, empleará, como mucho, 48 horas para designar a los distintos consejeros. Esto es, sólo después de ser investido como presidente, comenzarán las llamadas y últimos contactos, prácticamente, sin tiempo para reaccionar a los escogidos.
Hasta llegar a ese momento, la imaginación es libre hasta el punto de que podría provocar más de un sonrojo si acudiéramos a las hemerotecas para comprobar la inexactitud de muchos de los vaticinios que entonces se hicieron sobre los futuribles consejeros. Pasado el tiempo, nos encontramos en la misma fase si se tiene en cuenta la gran cantidad de nombres que están circulando. Así que lo mejor será apostar por lo seguro y dar por descontado la continuidad de los principales pilares políticos y de gestión en el gobierno andaluz como ocurre con Gaspar Zarrías y José Antonio Griñán. Tampoco nos equivocaríamos mucho si añadiéramos que tendrá este gobierno una eminente vocación de luchar contra la crisis apostando, además, por una solución a los problemas hídricos y de la vivienda así como por todo lo relacionado con el desarrollo de la ley de la Dependencia. Pero el furor por los nombres nos lleva, incluso, a las desoladas playas del andalucismo, transitadas con plena satisfacción, y sin que nadie le salga al paso, por el líder del PP, Javier Arenas, a lo que se ve, dispuesto a quedarse, definitivamente, con los restos electorales que aún quedan en este ámbito. Ahora, tras el fiasco de Julián Álvarez emerge la figura de Pilar González, persona que goza del respeto y las simpatías de sus contrincantes y de los medios de comunicación lo que ya es decir de un andalucista. Es alternativa cierta para hacerse con el maltrecho PA, una ingente tarea, que en este caso sí requerirá, desde luego, más de 48 horas para que dé algún fruto.
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