_
_
_
_
Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Costes del populismo

En los últimos meses hemos sido testigos de nuevas formas de proteccionismo que, para variar, recaen sobre los mercados agrícolas. Tradicionalmente los agricultores han hecho pesar su voz, restringiendo las importaciones de granos, carne, leche, frutas y otros productos. Esta protección tenía su origen en países ricos, con una agricultura de altos costes, e iba en desmedro de los consumidores de esos países y de los productores agrícolas en el mundo en desarrollo. Las tensiones han sido suficientes como para dejar en el congelador la agenda de la Ronda de Doha.

El nuevo proteccionismo tiene el signo opuesto: son los gobiernos de países pobres que exportan alimentos con un peso muy fuerte en la canasta de los consumidores locales, los que restringen exportaciones para asegurar abastecimiento amplio y barato.

Gobiernos proteccionistas condenan al mundo a alimentos más caros al reemplazar cooperación y comercio, por temor y arbitrariedad

Frente a la fuerte alza de los precios del trigo, hemos visto como Ucrania, Rusia y otros productores han limitado exportaciones. En las últimas semanas ha tocado el turno al arroz: Vietnam, Egipto e India están intentando frenar exportaciones para mantener los precios internos bajo control, en medio de fuertes alzas en el precio de este cereal en los mercados internacionales.

Estas medidas distorsionan seriamente el comercio internacional y siembran el miedo al desabastecimiento, impulsando compras preventivas por otros países. Con ello prácticamente aseguran que en el futuro los consumidores vamos a tener que pagar más caro por los alimentos y, de paso, condenan al hambre a los más pobres y a quienes dependen de la ayuda internacional para alimentarse.

Al bloquear las alzas de precios en el mercado local, los gobiernos están indicando a los agricultores que se deben dedicar a otros cultivos, no los más escasos. Es cierto, otros productores, en otros países, van a reaccionar cultivando el trigo y arroz que faltará, pero a costes más altos, ya que no son tan eficientes ni productivos como los agricultores del Cáucaso o del valle del Nilo. Al final todos perderemos en este proceso de destrucción de comercio, en que la cooperación inducida por la mano invisible de los mercados libres y el comercio internacional, es reemplazada por el temor y la desconfianza ante la arbitrariedad.

Joaquín Vial es miembro del Servicio de Estudios de BBVA.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_