Osasuna se asoma al abismo

Convertir un gol con sólo dos disparos, aguantar casi una veintena de ocasiones en contra y, además, salir de puestos de descenso con una victoria tan exigua es cosa de alquimistas. O de Sinama, que con un par de carreras y dos remates dio la vuelta a un encuentro que, en la balanza de méritos, correspondía a Osasuna.

Los de Zambrano encontraron su piedra filosofal en un pase inteligente de Quique Álvarez que aprovechó Sinama Pongolle en el primer disparo de los onubenses, que con esa acción aislada maximizaron lo hasta ese momento vulgar de su planteamiento, ordenado pero sin filo. Osasuna había llevado todo el peligro en un monólogo sin respuesta. Aunque Sola, primero por un error propio y luego por un fallo del árbitro, que le anuló un gol legal, no materializó las continuas aproximaciones de su conjunto. Tampoco el colegiado estuvo afortunado a la hora de valorar un par de agresiones de Cruchaga y Monreal, que podían haber acabado con estos en el vestuario.

En lo futbolístico, los méritos caían siempre del lado rojillo, pese a la crudeza del marcador. Ziganda dispuso a Dady para sustituir al debutante Jokin Esparza. La idea redobló el asedio y el caboverdiano probó a Sorrentino, un portero que ayer trabajó a destajo, hasta que Miguel Flaño se encontró con el larguero en un cabezazo, el segundo de Osasuna.

El partido se embarulló mientras los locales exhibían sus desatinos rematadores: muchas aproximaciones, pocos remates claros. En esa dinámica de zapa y desgaste osasunista, Sinama contó con un par de contragolpes que no supo aprovechar, aportando aún más tensión a un choque que acabó con los de Ziganda desesperados y mirando de reojo a los puestos de descenso.