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Estallan dos pequeñas bombas de ETA en un repetidor

ETA volvió ayer a mostrarse. Dos pequeñas bombas, según los primeros datos de la Ertzaintza, estallaron en un repetidor en el monte Izarraitz, situado entre las localidades guipuzcoanas de Azpeitia y Azkoitia. Los daños fueron leves por la escasa potencia de los artefactos, aseguró el Departamento vasco de Interior. De hecho, los agentes que acudieron al lugar no oyeron ninguna detonación y tardaron en encontrar restos de explosivos, dada la densa niebla en el monte.

Un comunicante anónimo que dijo hablar en nombre de ETA llamó a las 10.54 horas a la DYA (Asociación de Ayuda en Carretera) de Guipúzcoa para afirmar que había una bomba en el repetidor del monte Izarraitz. Tras ser alertada la Ertzaintza, varios agentes accedieron al lugar y, al principio, ni siquiera se percataron de los efectos de la explosión, debido a la niebla y la incesante lluvia. "No han escuchado nada y han tenido que revisar bien la zona", afirmó un portavoz de la consejería vasca de Interior.

El ataque es el último de la organización terrorista desde el coche bomba con 70 kilos de explosivos colocado el Viernes Santo en el cuartel de la Guardia Civil en Calahorra (La Rioja), que provocó cuantiosos daños tanto en el acuartelamiento como en los edificios colindantes.

Cazar al Ertzaintza

Hace poco más de un mes, el 23 de febrero, ETA puso una bomba en otro repetidor en un monte cercano a Bilbao, pero entonces el objetivo era cazar al Ertzaintza. Colocaron un artefacto con 3,5 kilos de explosivo avisando de que haría explosión a las diez horas. Pero la deflagración, que se escuchó en varios kilómetros a la redonda, se produjo dos horas después. La bomba tenía un sensor antimovimiento, de tal manera que cuando alguien la tocara, saltaría por los aires.

El Gobierno Vasco difundió ayer un comunicado en el que expresa que la banda terrosita vuelve a demostrar "que no está dispuesta a abandonar el recurso a la violencia" ni a respetar "la opinión unánime de la sociedad vasca". En San Sebastián hubo, en la madrugada de ayer, un episodio de kale borroka al ser quemados tres contenedores, cuyas llamas causaron daños a cuatro motocicletas estacionadas en la zona, en el barrio del Antiguo. La rápida actuación de los bomberos evitó los desperfectos a otras motos y vehículos aparcados.

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