Una semana de locura
Llega abril, se aproxima la época de los play-offs, las emociones se disparan y pasa lo que pasa: algunas semanas, como la última, son de locura. Por suerte para nosotros, los Raptors, las cosas se han enderezado un poco gracias a las victorias ante los Pistons y los Knicks (escribo poco antes de medirnos a los Hornets). El triunfo ante los Pistons serenó los ánimos, bastante agitados después de siete derrotas en los ocho partidos anteriores. Soy partidario de no tocar las cosas que funcionan, pero si no es así, es normal buscar revulsivos, puntos de inflexión. En nuestro caso se produjo una reunión entre el entrenador y el general manager, Sam Mitchell y Bryan Colangelo. Se propuso que TJ Ford pasara a salir en el quinteto inicial del equipo ocupando el puesto de José Manuel Calderón. Creo que se le concedió una importancia excesiva al asunto. Calde, que está cuajando una temporada sensacional, ha mantenido los minutos de juego y su excelente rendimiento y el equipo parece que vuelve a estar más tranquilo. No ha sido el único cambio. También Nesterovic ha entrado en el equipo titular en lugar de Bargnani, un jugador que aporta mucho cuando sale desde el banquillo. Bosh había pedido a algunos jugadores que dieran un paso adelante. El propio Bosh, sin ser ni mucho menos un especialista en defensa, demuestra que es capaz de ayudar a que el equipo mejore en esa faceta porque intimida, llega muy rápido a las ayudas y he leído unos datos que dicen que con él, encajamos diez puntos menos por partido.
TJ Ford y Kobe Bryant pueden excederse; uno porque quiere reivindicarse y otro porque es un ganador
TJ Ford ha tenido que afrontar una situación personal muy dura. Se ha visto ante uno de los peores escenarios en que puede situarse un deportista profesional, ante la posibilidad de verse abocado a la retirada debido a un problema físico. Tal vez por eso, después de haber trabajado duramente para alcanzar su mejor rendimiento y demostrar que no está acabado, se ha precipitado. Se ha podido pasar de vueltas en ese empeño de romper un partido entrando desde el banquillo dando automáticamente seis asistencias y metiendo varias canastas.
Salvando las distancias es lo mismo que le ha podido suceder a Kobe Bryant, que fue excluido de un partido por dirigirse a un árbitro. Deportivamente Kobe tiene mil virtudes, pero la más destacada, en mi opinión, es su gran ambición. Alguna vez lo he comentado con varios compañeros y amigos suyos. En los entrenamientos es el que se emplea con más intensidad. Eso, a veces, hace que pueda excederse. Se ve de nuevo en un equipo con posibilidades de competir por lo máximo y se ha autopresionado, tal vez más de la cuenta. Pero son momentos puntuales. La cuestión no pasa de ahí. Si en el Este la primera plaza (Boston), la segunda (Detroit) y hasta la tercera (Orlando) están casi decididas, en el Oeste, no hay nada claro. Por eso, la tensión se dispara. Todo el mundo es consciente de la importancia de Pau en los Lakers. Aún teniendo un equipazo, con magníficos jugadores, Pau les da a los Lakers un equilibrio y una fuerza fundamentales. Si alguien tenía alguna duda, su ausencia así lo subraya. El sprint para colocarse lo mejor posible en la parrilla de salida, es muy intenso. Todos los equipos hacen cábalas. Lo más realista, en nuestro caso, sería asentarnos en la sexta plaza. Hay quien prefiere que el rival en el cruce sea Orlando, para evitar a los Cavaliers y el efecto Lebron James, pero también hay quien piensa que si Orlando acaba en el tercer puesto es porque es mejor.
Poco antes de escribir este artículo me entero, a través de Internet, de la muerte de Sergio Luyk. Alguna vez jugué contra él, conozco a su familia y no puedo por menos que transmitirle mi más sentido pésame. Descanse en paz.
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