Efervescente Racing
El conjunto cántabro pide plaza en la 'Champions' tras noquear al desgastado Espanyol
Timorato y dócil, el Espanyol se agazapó ante la exigencia de dar un paso al frente. Parece obstinado en rehuir Europa, deprimido en grado superlativo y sin encontrar el Prozac que le reactive por mucho que se agote la cuenta atrás de la Liga. Lo apabulló y derrotó el Racing, equipo tan exquisito en la fase defensiva como apañado en los últimos metros, de claridad meridiana y pegada resolutiva. Contabilizó los tres puntos el Racing, que se aúpa en la tabla y atrapa al Atlético, cuarto y último en la lista de los que disputarán la Champions. Se hundió el Espanyol, que se descabalga de la Copa de la UEFA.
El Racing es un conjunto ordenado, que exprime un fútbol simple pero pragmático. No repele el cuero, pero tampoco lo manosea. Lo suyo es un juego directo, de ataque frontal y basado en la velocidad de los puntas. Con un despliegue, en cualquier caso, sensacional. En la defensa es más completo. No porque cuente con zagueros excelentes -no jugó, además, el cacique, Garay-, sino porque es un equipo trabajado, aplicado en las ayudas y obsesionado en ejercer coberturas para recuperar el balón en la segunda línea. Demasiado bueno para el Espanyol, que languidece a marchas forzadas y que ha perdido la efervescencia que le definió antaño.
ESPANYOL 0 - RACING 3
Espanyol: Kameni; Zabaleta, Jarque, Torrejón, David García; Moisés Hurtado, Lola (Jonathan, m. 68); Valdo (Riera, m. 58), Luis García, Corominas (Ángel, m. 80); y Tamudo. No utilizados: Lafuente; Chica, Ewerthon y Rufete.
Racing: Toño; Pinillos, Moratón, Oriol, Ayoze; Jorge López, Duscher, Colsa, Óscar Serrano (Iván Bolado, m. 86); Munitis (Pablo Álvarez, m. 71)y Tchité (Smolarek, m. 64). No utilizados: Coltorti; Orteman, Luis Fernández y Marcano.
Goles: 0-1. M. 14. Serrano empalma el cuero en el área pequeña. 0-2. M. 24. Duscher remata y Munitis aprovecha el rechace. 0-3. M. 90. Bolado, de rabona en el área chica.
Árbitro: Mejuto González. Mostró la cartulina amarilla a Oriol y Moratón.
22.100 espectadores en Montjuïc.
El Espanyol ha desgastado sus argumentos. A Kameni le tiemblan las manos y a Jarque las piernas. También ha perdido los costados, donde Valdo anda desbravado y Riera desaparecido. A los volantes no les auxilian desde la medular una vez que Moisés Hurtado y Lola evidencian su falta del pase definitivo. Lo intenta Luis García, siempre vehemente y orgulloso. Pero está solo. Así, no resulta extraño que Tamudo siga desactivado a la espera de un balón que nunca llega. Y, cuando llegó, Oriol simuló una falta y el colegiado anulaba un tanto legal.
Sustentado por la envergadura de Duscher y la intuición de Colsa, el Racing rebaña la pelota en la medular para salir al contragolpe. Un arma que resulta efectiva porque Jorge López sabe jugar al fútbol sin el balón en los pies: diagonales que dejan sitio a las caídas de Tchité o Munitis a la banda para fijar al lateral y ayudar a las llegadas desde la segunda línea. Pero tampoco lo hace mal con el cuero controlado. Lo recibió en una diagonal y lanzó desde fuera del área. Kameni rechazó la pelota y Serrano la engatilló. Gol y hachazo al Espanyol, desencajado por impotencia. En otro rechace a disparo de Duscher, Munitis punteó el cuero y sentenció el duelo.
Incapaz de sacudir al partido o al adversario, el Espanyol se consumió en su intento vano por reducir las distancias. Tanto que Bolado se permitió el lujo de marcar de rabona en el último resuello. Mucho Racing.
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