Senna pisa fuerte

Comparado con Albelda, descartado por su litigio con el Valencia, Senna (São Paulo, 1976) ofrece al seleccionador, Luis Aragonés, otras virtudes. No tiene tanto recorrido ni potencia como el valencianista, pero sí mucha mejor salida del balón, además de un buen disparo desde media distancia. Con los años, el hispano-brasileño ha aprendido a pensar más en el equipo y a guardar las espaldas a los atacantes del Villarreal, que son muchos.

Siempre desde la posición de mediocentro, por delante de la línea defensiva de cuatro, Senna juega con una serenidad contagiosa para sus compañeros, que le consideran un líder en la iniciación del juego y la recuperación del balón. A pesar de que en el Mundial de Alemania apenas participó, Luis le puso la cruz al principio de la fase clasificatoria para la Eurocopa, pero tuvo que recuperarlo según crecía en el Villarreal convirtiéndose en la referencia y el capitán en ausencia de Josico. Dejó huella su partidazo en el Camp Nou ante el Barça, al que ha marcado los tres goles que lleva, de penalti. Ahora es es la opción más fiable para Luis.

Y eso que llegó a El Madrigal en 2002 casi por casualidad. El consejero delegado, José Manuel Llaneza, había acudido a ver a otro jugador del São Caetano. Pero le gustó Senna. Y lo compró por 600.000 euros, un chollo visto su rendimiento a pesar de que sufrió, ya en el Villarreal, dos roturas de ligamentos cruzados de la rodilla.

Así como los medios de creación son legión en el fútbol español, los volantes de contención escasean. Los grandes clubes apuestan por extranjeros: Yaya Touré, Márquez o Edmilson en el Barça, Diarra o Gago en el Madrid, Maduro en el Valencia, Poulsen en el Sevilla y Cléber Santana en el Atlético. Desinflado Zapater en el Zaragoza, apenas quedan como titulares Casquero en el Getafe y Moisés Hurtado en el Espanyol. Se ha frustrado además la progresión de Xabi Alonso. Luis desconfía de él tras sus pifias en la Eurocopa: erró en uno de los goles de Irlanda del Norte y fue expulsado ante Islandia. Tampoco le ha ayudado su campaña en el Liverpool, en el que ha pasado de ser el ojito derecho de Rafa Benítez a suplente de la promesa brasileña Lucas Leyva.

Cuando Albelda dejó de jugar en el Valencia, Luis llegó a pensar en Bruno, un joven del Villarreal con muy buena zurda para la distribución que ha ido perdiendo protagonismo en el cuadro de Pellegrini por su poca experiencia en Primera. Así, ha preferido llamar al más polivalente De la Red, con un perfil más ofensivo. No es un 5 acostumbrado a cubrir las subidas de sus compañeros por mucho que, en situaciones de urgencia, Laudrup lo haya utilizado de central.