Ollé reivindica a Gombrowicz con 'Yvonne, princesa de Borgonya'

La historia podría resumirse como el relato clásico de la bella y la bestia, aunque con los papeles invertidos. Un príncipe hermoso deseado por todas las mujeres de la corte toma la determinación de casarse con una forastera fea y misteriosa. Pero bajo la aparentemente simple estructura de Yvonne, princesa de Borgoña, de Witold Gombrowicz, subyace una incisiva mirada a las alcantarillas del poder y a las miserias de la condición humana. Joan Ollé dirige en el Lliure una nueva versión en catalán (traducida por Ferran Toutain y Maga Díaz Mrugasiewicz) de este "cuento filosófico" del autor polaco. Con una docena de actores en el reparto, el montaje se estrena hoy en la sala Fabià Puigserver, donde podrá verse hasta el 27 de abril.

A juicio de Ollé, muchos de los espectáculos que ha dirigido en los últimos tiempos conforman "de manera inconsciente" un ciclo dedicado a autores poco reconocidos en su dimensión de dramaturgos, "pero que han dejado una huella muy fuerte en el teatro. El ciclo sería como un repaso heterogéneo a la escritura teatral del siglo XX". En este contexto, enmarca la obra de Gombrowicz, escrita en 1935, en un tipo de teatro fruto de la experimentación y los cambios de registros. "Es un teatro de teatros", señala.

Para protagonizarla, el director ha recurrido a dos generaciones de actores. La de los veteranos está representada por Lluís Marco, Joan Anguera y Àngels Poch. Del otro lado, Ivan Benet, Cristina Genebat, Oriol Guinart y David Vert abanderan el equipo de los actores más jóvenes, entre los que se encuentra también Rosa Muñoz, procedente del mundo de la danza contemporánea. Ella interpreta a Yvonne, la mujer silente, apenas una frase en todo el espectáculo.