Una puntera definitiva
El Athletic vence con un gol de Etxeberria y Garmendia sufre una conmoción tras un choque
Vacaciones, temporal, gradas semivacías (noticia en San Mamés), rachita del Athletic. Y el Getafe, el equipo de moda, el más competitivo (único español en tres competiciones), pero acuciado por las bajas, hasta seis, y cansado, sobre todo psicológicamente, jugando a deshora, ante un Athletic que empieza a creer en lo que hace. No hace nada nuevo, pero ahora se lo cree. Cree que jugando así, con intensidad, con frecuencia alterna, puede ganar incluso en San Mamés, su templo maldito, su vitrina de la impotencia desde hace muchos años. Vacaciones, temporal, gradas semivacías y el Getafe como que no le coge el pulso al partido, que juega a trancas y barrancas, y el Athletic a barrancas y trancas. Coger, coger el partido, no lo cogía nadie bajo el temporal de lluvia. Se alternaban en el dominio con estilos tan diferenciados que, a su manera, ambos equipos construían un partido más divertido que bello.
ATHLETIC 1 - GETAFE 0
Athletic de Bilbao: Aranzubia; Iraola, Ustaritz, Amorebieta, Del Horno; Yeste, Javi Martínez, Orbaiz, Susaeta (David López, m. 28); Llorente y Etxeberria (Gabilondo, m. 23). No utilizados: Fernández; Koikili, Expósito y Aduriz.
Getafe: Abbondanzieri; Cortés, Belenguer (Kepa, m. 78), Tena, Litch; Casquero, De la Red; Cotelo (Juanfran, m. 82), Albín, Gavilán (Sousa, m. 66); y Uche. No utilizados: Ustariz; Contra, Hervás y Richi.
Gol: 1-0. Min. 29. Etxeberria.
Arbitro: Ramírez Domínguez (Comité andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Ustaritz, Yeste y Javi Martínez, por el Athletic, y a Albín, Casquero, De la Red y Juanfran, por el Getafe.
Unos 25.000 espectadores en San Mamés.
La primera mitad fue casi al completo de Orbaiz, bien situado y con las ideas claras
El Getafe tocó cuando pudo, pero le faltó músculo para sostener el partido
Algo sí quedaba claro: que Javi Martínez, con su fuerza impresionante, y Orbaiz, con su inteligencia resultaban más solventes que el internacional De la Red y el portentoso Casquero. En realidad, la primera mitad fue casi al completo de Orbaiz, casi siempre bien situado, casi siempre con las ideas claras, casi siempre superando a De la Red, muy, muy intermitente, incapaz de adueñarse de su parcela y de dirigir a su equipo, salvo en momentos muy puntuales. Un par de veces, sólo un par, el Getafe se pareció a Laudrup, tocando y tocando, construyendo con vivacidad y talento, pero sin remate. A cambio, el Athletic prefería el buzo de trabajo al traje de los domingos y se iba comiendo el campo especialmente por la banda derecha, donde el atrevimiento de Susaeta y su conexión con Iraola superaban la desgana de Yeste en el costado izquierdo.
No era un partido con ocasiones de gol. Había que inventarlas. Como se la inventó Etxeberria adelantándose a la defensa para empujar con la puntera, como un zorro del área, un centro raso de Del Horno y clavarla junto al poste. O como se la había inventado, a su pesar, 12 minutos antes Abbondanzieri en la jugada tonta del partido tratando de regatear a todo el mundo hasta caer a los pies de Orbaiz, que lanzó desde lejos y salvó Belenguer cerca de la línea de gol. Cotelo, sensato y cabreado, abroncó al Pato, que lo empujó por el cuello con malos modos. El Pato, gran portero con los pies, no supo asumir su error. Luego, un poquito más tarde, llegó el gol de Etxeberria, el gol del zorro. Etxeberria hizo en un instante lo que Llorente, el goleador rojiblanco, no encontraba a pesar de su tenacidad. Dos veces encaró al Pato y falló porque no siempre es fiesta (el delantero rojiblanco ha marcado en 10 de los 14 partidos disputados en casa). A Joseba le bastó una.
El Getafe tocaba cuando podía y entonces lo hacía bien, pero le faltaba músculo para sostener el partido. Uche vivía casi en permanente soledad, un asunto complicado cuando tienes enfrente no menos de tres defensores a tu alrededor y uno es Amorebieta. Un tirito de Cortés fue su único balance ofensivo en la primera mitad. Jogo bonito, pero juego inútil hasta que al Athletic le entró el vértigo habitual de la victoria y de las segundas partes. Su tendencia natural a recular junto a su área levanta murmullos en San Mamés, que, incluso cuando hay poca gente, resultan estruendosos. Una salida briosa, con disparo de Llorente al poste incluido y luego el habitual repliegue que tanto incomoda a la Catedral.
El Getafe cercó a su rival y Aranzubia, el discutido, que salvó con el pecho un gol casi hecho de Uche y luego un disparo de Albín al poste gracias a que tocó lo justo. Tanto agobio tuvo incluso el momento dramático del encuentro cuando Garmendia chocó con Abbondanzieri y quedó noqueado. Quería seguir y no podía. Mareado, perdido, se fue en camilla. Al Athletic le quedaron cinco minutos de sufrimiento. Aguantó como pudo, pero ganó. Le bastó lo justo.
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