Nadal y Federer descarrilan

Novak Djokovic eliminó ayer a Rafael Nadal en las semifinales del torneo masters de Indian Wells (6-3 y 6-2). El serbio, campeón en Australia, interrumpió el ejercicio de reivindicación en el que el español había convertido el torneo. "No he tenido malos resultados este año", reflexionaba Nadal tras derrotar a Jo Wilfried Tsonga el miércoles y a James Blake el jueves; "pero la verdad es que sentía que no ganaba contra los mejores del mundo. Estas dos victorias son muy importantes para mí". Y en esas llegó la semifinal contra Djokovic. Y la derrota. Nadal se marcha de Indian Wells más lejos de Roger Federer, que aún así sufrió ayer una sonrojante derrota ante Mardy Fish (6-3 y 6-2), número 98. El español deja el torneo con la sensación de que haber ganado cinco juegos en poco más de una hora responde más a los defectos propios que a las virtudes del contrario.

Para empezar, Nadal arrancó con break de ventaja en el primer set y se colocó a un punto de ganarse la misma posición en el segundo. En ambas ocasiones desaprovechó la oportunidad frente a un rival con más gaseosa que fuego. Djokovic no fue el tenista aplastante que se impuso en el Abierto de Australia. Su derecha llegó a naufragar. Su revés fue de acompañamiento. Y su rabia, más una expresión de frustración que de jolgorio.

Que Djokovic saliera vencedor sólo se explica desde la raqueta de Nadal. El español ganó el 58% de los puntos que inició con su primer servicio y acumuló un número inusual de errores no forzados. En su ánimo de buscar la sacrosanta agresividad, el mantra con el que quiere definir su juego en pista rápida, encontró tres derechas espeluznantes y un puñado de fallos dolorosos. Nadal no fue Nadal.

"Simplemente", dijo; "no me sentí muy bien. Cometí muchos errores y sentí un poco de fatiga. En los intercambios me sentí un poco lento". El español, que siempre pareció poder volver al partido, se enfrentó al juez de silla, fue atendido por los médicos en el dedo gordo de su pie izquierdo y acabó enredado en el plan de juego de Djokovic: "Seguí la táctica correcta; sabía que tenía que ser agresivo".

Luego, la exhibición de Fish. El hombre, que navegaba por el circuito aguantando bromas con su apellido, se encontró con que había ganado el primer set en 34 minutos. Con que Federer, que como Nadal no ha ganado ningún torneo este año, no tenía contestación para sus saques superlativos y su golpeo violento. Y así, casi sin creerlo, el número 98 acabó con el mejor del mundo. La final será Djokovic-Fish. Los dos mejores del mundo dejaron California derrotados. Y eso obliga a Nadal a tener memoria selectiva. Contra Tsonga y Blake, con el que siempre había perdido, jugó a ratos mejor que nunca en pista rápida. Y ante Djokovic nunca llegó a encontrarse a sí mismo.