Nadar sobre la Castellana
Un ático con piscina en el centro de Madrid se vende por seis millones
Imaginen la escena. Agosto. Centro de Madrid. Hora de la siesta. Un afortunado propietario, llamémosle señor F -de forrado-, decide vencer el sopor y darse un baño. Sube una escalera de caracol y ya está en el solarium ajardinado, frente a la piscina. Su piscina. Chapotea unos minutos y sale. Le apetece beber algo. Mientras apura un cóctel, se acoda en la barandilla. Al frente, la Castellana. A la izquierda, Serrano. Justo debajo, uno de los palacios del marqués de Salamanca. ¿Le gustaría ser el señor F? Pues todavía está a tiempo. Uno de los pisos más caros de Madrid, un ático de 723 metros cuadrados, se vende. Cuesta casi seis millones de euros (5.845.000 más IVA), unos 1.000 millones de pesetas.
"Es para un magnate caprichoso", dice un consultor inmobiliario
No es el piso más caro de Madrid -hay alguno de hasta ocho millones de euros-, pero casi. Desde luego, lo era cuando se puso a la venta, hace más de dos años, o así lo promocionó su propietario, la compañía asturiana Grupo Mall. ¿Demasiado tiempo sin comprador? "Es un producto de lujo y en este sector los tiempos de venta son distintos. Un piso de gama media se vende sobre plano. Éste hay que verlo", explican en la empresa.
Tres habitaciones más una de servicio. Otros tantos baños, alguno con hidromasaje. Un salón enorme y un comedor. Mármol travertino por doquier y madera de nogal hasta para forrar los armarios. Dentro, a pesar de estar en pleno centro, silencio monacal. Vistas de pájaro desde un octavo piso. Sistema domótico hasta para subir y bajar las persianas. La joya de la corona: una azotea privada de 200 metros cuadrados. Junto a la piscina, césped y hasta árboles. Y la guinda: tres plazas de garaje.
"Es un piso para un magnate caprichoso", define Luis Sánchez, director de la oficina de Chamberí de Engel & Völkers, inmobiliaria especializada en vivienda de lujo. Ni como inversión -"la obra nueva se ha puesto a precios inalcanzables"- ni para familias: "Es más barato comprar un piso de lujo de segunda mano y hacer obra para modificar la distribución. Éste tiene un salón grande pero dormitorios pequeños. Es sólo para gente con mucho poder adquisitivo... y caprichosa", resume.
Desde que se puede visitar el piso -empezaron a mostrarlo en junio pasado- han caminado por sus suelos de tarima maciza británicos, mexicanos, franceses... y muchos españoles. ¿Algún acaudalado futbolista, algún reconocido empresario? Puede, pero en la empresa no sueltan prenda. Sí cuentan que varios de los propietarios del resto de viviendas del edificio, diseñado por Alejandro Bueso-Inchausti y Pablo Rein, ni siquiera viven habitualmente en España. "Las usan sólo cuando vienen".
La promoción consta de 17 pisos, todos para bolsillos bien repletos. Hay sauna, piscina y gimnasio comunitarios. Además del ático, siguen a la venta tres pisos pequeños (el más modesto, de una habitación, tiene 75 metros cuadrados). Tampoco se ha vendido aún el bajo dúplex, que es todavía más grande que el ático y casi igual de caro. Incluso tiene ascensor interior para subir de una planta a otra. Y piscina privada, claro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.