Prisión para dos miembros de la familia que atemorizaba Mirandilla
Mirandilla, un pueblo de Badajoz, llevaba atemorizado más de diez años por la familia Molina. Pero hasta ayer ninguno de sus miembros se había enfrentado a la justicia por ello. Dos de ellos, el padre y uno de los hijos, tendrán que ir a prisión preventiva, según ha decretado el juzgado de instrucción número 3 de Mérida. Los cargos: tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas.
Ha sido el resultado de los incidentes del pasado domingo, cuando unos 150 vecinos de esta localidad de 1.400 habitantes intentaron linchar a esta familia por tenerles atemorizados. La Guardia Civil desplazó a medio centenar de agentes al lugar, donde uno de los familiares respondió con tiros de escopeta e hirió a tres personas.
El interrogatorio duró cinco horas, informa la agencia Efe. Frente al juez se sentaron Francisco José Molina, su hijo Rufino y Fernando, un vecino de Mirandilla menor de edad que estaba en la casa el día de los hechos. Este último ha quedado en libertad. El otro detenido, un yerno de la familia, no ha declarado por encontrarse ingresado en el Hospital Psiquiátrico de Mérida, después de que sufriera el día de los hechos un ataque epiléptico, según Raúl Esains, abogado de la familia.
"Legítima defensa"
También se ha decretado una medida cautelar de alejamiento para la madre de la familia, Presentación Barrena, y para su hija. No podrán volver a la localidad hasta que se solucione la causa. La madre ha declarado por el delito de amenazas telefónicas que se le imputa y ha explicado, según el abogado, que pedía auxilio al alcalde, José María Carrasco, quien se negó a socorrerles.
Los abogados, según Esains, intentarán demostrar que los acusados actuaron en legítima defensa o ante un miedo "insuperable", lo que los excluiría del procedimiento penal. Ante el peligro "inminente" que sufrían sus hijos y su familia, ha añadido Esains, el padre, que fue el único que disparó, se defendía de los vecinos, que comenzaron a subir por las ventanas y los tejados. Ha manifestado, en ese sentido, no comprender la acusación que se le formula a Rufino, ya que el padre ha asumido los hechos.
Según la versión de la familia, los vecinos querían acceder a la casa y prenderle fuego o darles una paliza, por lo que los disparos fueron en "legítima defensa".
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