El COI admite por primera vez "riesgos" para los atletas
La Comisión Médica revisará diariamente la calidad del aire y el clima de Pekín durante los Juegos y pospondrá pruebas si es necesario
El enemigo ha sido bautizado como la niebla tóxica y tiene desde ayer víctimas declaradas: Arne Ljungqvist, presidente de la Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional (COI), admitió en un comunicado oficial del organismo, el primero al respecto, que la polución de Pekín supone "un posible riesgo" para los ciclistas, marchadores, triatletas, maratonianos y nadadores de fondo que en agosto compitan en los Juegos que organiza la ciudad. El COI monitorizará a diario la calidad del aire y el clima y decidirá "posponer una prueba si es necesario".
El COI ha estudiado datos de la Oficina de Protección Ambiental de Pekín sobre la temperatura, el viento, la humedad y los niveles de ozono, dióxido de sulfato y nitroso registrados en la ciudad entre el 8 y el 29 de agosto de 2007, fechas en las que se celebrarán los Juegos este año. "Y la conclusión", explicó en su comunicado la Comisión Médica, "es que para los deportes de resistencia al aire libre con un mínimo de una hora de esfuerzos físicos continuos -ciclismo, mountain bike, maratón, natación, triatlón y marcha- nuestros descubrimientos indican que puede haber algún riesgo. Trabajaremos para que se pueda activar un plan B. Habrá una monitorización diaria de la calidad del aire y del clima".
La polución afectará a ciclistas, triatletas, marchadores, maratonianos...
"La salud de la gran mayoría de los atletas que compitan en Pekín no será dañada", dijo Ljungqvist. "Puede que algunas pruebas no se produzcan bajo condiciones óptimas y que no veamos récords rotos. Para algunos deportes en los que vemos un posible riesgo, monitorizaremos la situación a diario durante los Juegos y tomaremos las decisiones que sean necesarias en el momento". El calendario de los Juegos, según la propuesta, será revisado a diario. El emplazamiento y el horario de algunas pruebas podría variar en cuestión de horas.
El peligro de la polución llegó anunciado por una renuncia. Haile Gebrselassie, el plusmarquista mundial del maratón, decidió que no quiere correr la distancia en Pekín. Desde entonces, los responsables técnicos de los comités olímpicos de varios países, especialmente los anglosajones, contestan a preguntas desesperadas de sus atletas. ¿Debo usar una máscara? ¿Debo entrenarme en un garaje con un coche encendido para habituarme? ¿Debo comer una dieta alta en antioxidantes para favorecer la actividad de los pulmones?
Ya se han probado las máscaras. Ya se ha decidido establecer bases de entrenamiento en Japón, Macao, Corea del Sur o Hong Kong, con las mismas condiciones de humedad y temperatura que Pekín, pero sin su polución. Ya se ha elaborado la dieta de la niebla tóxica, rica en vitaminas C, E y antioxidantes para evitar que los radicales libres perjudiquen la actividad pulmonar. Y ya se ha planteado si entrenarse en un garaje con un coche encendido será mejor que hacerlo en un parque. "¡Hay otros métodos menos bestias!", dice Ricardo Mora, fisiólogo de la Universidad de Castilla-La Mancha; "el monóxido de carbono no es broma. La idea es: 'me tapona el transporte de oxígeno y yo lo recompenso con más latidos y más circulación'. Para uno que no se entrene en una ciudad quizás no sea una tontería, pero es arriesgado y no está estudiado ¡Que se entrenen en una gran urbe!" ¿Y la dieta rica en antioxidantes que el Comité Olímpico Británico prueba en Paula Radcliffe? "Los deportistas ya están suplementados a tope. Para una contaminación por ozono quizás podría ayudar, pero es rara y se da en zonas rurales. En Pekín parece que el problema son las fábricas, el dióxido de sulfato y el de nitrato. Poco te puedes preparar para eso. También están los coches y el monóxido de carbono, que compite con la hemoglobina por el transporte de oxígeno. En 5.000 metros, 3.000 obstáculos y las pruebas en las que se compite con el máximo consumo de oxígeno habrá marcas capadas".
El fantasma de la polución persigue a los Juegos de Pekín como ya hizo con los de Los Ángeles 1984, Atlanta 1996 y Atenas 2004. Las colinas que rodean a la ciudad dificultan que el viento limpie el aire. Y ya en Atenas se advirtió un peligro: la revista Nature explicó que, aparte del 20% de deportistas asmáticos, enganchados con receta al ventolín, la polución podría afectar hasta a un 30% más de los atletas de fondo, provocando síntomas asmáticos, agarrotamiento del pecho, falta de aliento...
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