Europa, en contra de un posible boicoteo
Si el domingo se pronunció el Dalai Lama, ayer fueron los representantes del deporte europeo los que se declararon en contra de boicotear los Juegos Olímpicos que se disputarán en agosto en Pekín (China).
Reunidos en Brdo (Eslovenia), los ministros de la Unión Europea y del Comité Olímpico Europeo (COE) firmaron una declaración que sostiene que "deporte y política no deben mezclarse". La misma descarta que la violenta represión de las protestas en el Tíbet contra la ocupación china desemboque en un boicoteo a los Juegos porque "los deportistas serían los más perjudicados, como en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984", explicó Togay Bayatli, vicepresidente del COE. "Sería un error cargar al deporte lo que allí sucede", añadió Erica Terpstra, presidenta del comité holandés.
La cancillería de Rusia ha calificado de "inaceptables" los intentos de politizar los Juegos. El Gobierno ruso, que considera a Tíbet como parte inseparable de China, se mostró "esperanzado con que las autoridades chinas detengan las protestas ilegales y normalicen la región". En este sentido, la Comisión Europea, a través de su portavoz de Exteriores, Christian Hohmann, pidió "contención" al controlar las revueltas, que, según el exiliado Gobierno tibetano, han supuesto casi 100 muertos.
Los derechos humanos
Desde Bruselas, Hans-Gert Pottering, presidente del Parlamento Europeo, pidió a China "desechar la violencia" y considerar los Juegos como una "oportunidad" para comprometerse con los derechos humanos. No son pocos quienes lo exigen. Como el nadador holandés Pieter van den Hoogenband, que pidió el miércoles a Jacques Rogge, presidente del COI, un mayor compromiso del país asiático en favor de los derechos humanos.
Difícil situación para Pekín a cinco meses de los Juegos. A las revueltas en Tíbet se suman las críticas por la insalubridad alimentaria -Estados Unidos se llevará su comida- y la contaminación en la capital china, que forzó al etíope Gebrselassie, plusmarquista, a renunciar al maratón.
La declaración de Brdo apela al papel del deporte en el diálogo intercultural. "Es un campo donde los enemigos hablan entre ellos", explicó Miroslav Cerar, gimnasta esloveno con 30 medallas en distintos campeonatos. Más vehemente se mostró Lohn Coates, presidente del comité australiano: "Los Juegos Olímpicos son la fuerza del bien".
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