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El Reino Unido permite conocer al donante

La legislación sobre el anonimato de los donantes de esperma, óvulos y embriones para fertilización asistida es muy diversa en Europa. Mientras en Italia está prohibida la donación de gametos, en Francia y en Dinamarca el anonimato está garantizado, pero en el Reino Unido los nacidos por reproducción asistida tienen derecho a conocer la identidad del padre biológico al cumplir los 18 años.

Los británicos han querido así llevar a la reproducción asistida la misma lógica en que descansa el derecho de los niños adoptados a conocer la identidad de sus padres biológicos. Ese derecho está reconocido por una ley de 1 de abril de 2005 que no se aplica de forma retroactiva, por lo que las donaciones anteriores a esa fecha siguen siendo anónimas y en la práctica no empezará a aplicarse hasta 2023, cuando cumplan 18 años las personas nacidas mediante donaciones posteriores a la entrada en vigor de la ley.

En realidad podrían darse casos un poco antes porque la ley permite que se puedan identificar al padre biológico los menores de 18 años que vayan a formar una familia -y quieran asegurarse de que no son consanguíneos con su pareja- o quieran tener un hijo. La identidad del donante sólo se comunica a sus hijos biológicos, pero no a los familiares de estos.

Las parejas que quieren beneficiarse de una donación tienen derecho a conocer detalles del donante siempre y cuando no puedan identificarle, como el color de los ojos o de la piel. A su vez los donantes tienen derecho a saber si su donación se ha concretado en nacimientos, cuántos y de qué sexo.

Al cumplir 18 años, las personas concebidas mediante donaciones de gametos tienen derecho a conocer el nombre, la fecha de nacimiento y la última dirección registrada del donante. Éste, sin embargo, no contrae ninguna obligación legal o económica para con los hijos si la donación se ha hecho a través de una agencia oficial.

El año pasado, un bombero de británico fue obligado a ayudar económicamente a una mujer lesbiana a la que había ayudado a tener dos hijos porque la donación se hizo al margen de las agencias autorizadas.

Cuando el desamor apareció entre las dos madres de la pequeña, la biológica, al verse sin recursos para mantenerla, decidió reclamar apoyo al amigo que voluntariamente le había donado semen para inseminarse. La Administración decidió que, al ser el padre biológico y tratarse de un acuerdo privado y no a través de una agencia, debía asumir parte del sustento de la niña.

En Dinamarca, el Gobierno intentó acabar con el anonimato de las donaciones de esperma por razones fiscales, pero acaba de recular porque las donaciones son habituales entre los estudiantes, que reciben entre 36 y 67 euros en función de la calidad y cantidad del semen.

Además, Dinamarca lleva dos décadas exportando donaciones de semen que han ayudado a que se queden embarazadas más de 15.000 mujeres en el extranjero.

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