Ejercicio de incapacidad
Destensado y diluido, el Barça sella el empate con un Almería que sacó petróleo de las jugadas a balón parado
Dos córners, dos goles y una Liga que se le escurre al Barça. Le alcanzó al Almería con dos saques de esquina, dos jugadas a balón parado, para sellar las tablas con el Barcelona, que recobró la puntería pero se fundió en la última línea, desentendida de los marcajes y de la responsabilidad defensiva. Ni siquiera los sucesivos tropiezos del Madrid jalean al Barça, que tenía la oportunidad de ponerse a cinco puntos del líder, pero que se contentó con quedarse a siete tras un partido nefasto sólo salvado por Valdés. El único mérito del lento, torpe e insolidario Barcelona de anoche fue que metió dos de las cuatro ocasiones de las que dispuso. Pero Milito, infantil e impetuoso, lo estropeó al ser expulsado por ver la doble amarilla.
ALMERÍA 2 - BARCELONA 2
Almería: Diego Alves; Aitor, Carlos García, Pulido (Iriney, m. 80), Mané; Felipe Melo, Juanito, Corona; Juanma Ortiz (José Ortiz, m. 64), Negredo y Crusat (Uche, m. 80). No utilizados: Cobeño, Bruno, Cisma y Soriano.
Barcelona: Valdés; Puyol, Thuram, Milito, Abidal; Xavi, Edmilson (Henry, m. 54), Gudjohnsen (V. Sánchez, m. 92), Iniesta; Bojan (Sylvinho, m. 75) y Eto'0. No utilizados: Pinto, Oleguer, Vázquez y Pedrito.
Goles: 0-1. M. 16. Bojan aprovecha un rechace de Alves. 1-1. M. 32. Pulido cabecea un córner. 1-2. M. 56. Eto'o, a centro de Henry. 2-2. M. 84. Uche cabecea un córner.
Árbitro: Rubinos Pérez. Expulsó a Milito por doble amonestación (m. 71). También amonestó a Puyol, Iniesta y Gudjohnsen.
Unos 18.000 espectadores en el estadio de los Juegos Mediterráneos.
Ni siquiera los sucesivos tropiezos del Madrid jalean al Barça
Si el Almería no marcó más goles fue sencillamente porque jugaba Valdés
Rijkaard no tenía muchos efectivos para escoger, así que tiró de lo que pudo y puso a Bojan en banda derecha. Se guardó a Henry en el banquillo y renunció a un punta, porque aunque aparecía por la izquierda, Iniesta no jugó exactamente de extremo. El falso 4-4-2 se le atragantó al equipo, que jugó rematadamente mal. Aunque llenó el centro del campo, perdió la pelota y no tuvo equilibrio. Lo de Edmilson es grave: siempre llega tarde en defensa y no aporta nada en la salida de la pelota; no hizo nada de lo que se espera del medio centro del Barça y desestabilizó completamente al equipo al equivocarse en todas las decisiones. Normal que terminara siendo sustituido al principio del segundo acto. Iniesta cubrió el hueco pero, espeso y falto de ayudas, tampoco mejoró la circulación del balón.
Ni se notó que el equipo jugara con más efectivos de lo que acostumbra en el centro del campo. A más gente tuvo, menos movió la pelota. Así las cosas, el Almería no necesitó mucho para hacerle daño, cómodo cediendo terreno, porque le resultó tremendamente fácil encontrar espacios a la espalda del medio centro. El Barcelona no daba tres pases seguidos y los rojiblancos sacaban contras como puñales. Pero, cuando parecía que el gol de los de Emery era cuestión de tiempo, el Barça sacó tajada y cobró ventaja: tiro de Iniesta, el portero no lo bloca y Bojan aprovecha el rechace. Gol de listo. Pero no bajó los brazos el Almería, que apretó ante la complacencia azulgrana. Tras un saque de esquina que se comieron Gudjohnsen y Abidal, que persiguieron a su marcaje con la mirada, Pulido puso la cabeza para empatar.
Al sacar a Henry al campo, el Barça recuperó el dibujo con tres puntas y pareció espolearse, acuciado por la necesidad. El francés se marcó una jugada espectacular, de puro extremo, con un pase de la muerte que no desaprovechó Eto'o para marcar. Pero fue un espejismo porque los azulgrana, descompensados en defensa, la pifiaron definitivamente. Milito entró en el borde del área y vio la segunda amarilla. Suficiente para que el Almería, que jugó a remolque, diera su último hachazo.
Uche empató el partido con un gol calcado al anterior; ante la pasividad del Barça y la ausencia de marcaje de Abidal. La trabajada estrategia del equipo de Unai Emery se convirtió en un calvario para los azulgrana. Para infierno, en cualquier caso, la tarde que le dio Crusat, que tiene cohetes por piernas, a un irreconocible Puyol. Si el Almería no marcó más goles fue sencillamente porque jugaba Valdés.
Destensado e incapaz, el Barça rechazó el regalo previo del Madrid -perdió ante el Depor- y rechinó en Almería con un juego desastroso.
Rijkaard: "La frustración es momentánea"
Frank Rijkaard no quiso ni oír hablar del Real Madrid tras consumarse en Almería el insatisfactorio empate para la afición azulgrana. También para el equipo. Así lo admitió el técnico holandés, eso sí, dejando muy claro que desvincula el desencanto del desenlace de la jornada.
"El sentido de la frustración es una cuestión del momento", declaró, "Pero no porque estemos pensando en el Madrid, sino porque los jugadores, en el vestuario, están pensando: ¡qué pena! Marcando dos goles fuera y no hemos podido ganar. Pero esa frustración es momentánea". Se insistió en el asunto, en la oportunidad que dejó escapar el Barcelona de rebajar a cinco puntos su desventaja respecto al Madrid.
"Lo siento mucho", se disculpó Rijkaard. "Hemos jugado contra un buen rival y no tiene sentido hablar de otros equipos. No renunciamos a nada y vamos a intentar ganar el mayor número de partidos posible".
Tampoco se mostró más locuaz cuando fue invitado a analizar los motivos por los que el equipo encajó los dos goles en jugadas a balón parado, concretamente a la salida de dos saques de esquina botados por Corona y rematados por Pulido y Uche. "Es una lástima. Es una cuestión de marcaje. Los jugadores lo saben. Pero eso es también fútbol. Los jugadores del Almería han realizado un buen trabajo. Aunque es verdad que dos goles deberían ser suficientes para ganar fuera".
Rijkaard ponderó el alto ritmo de juego y el estilo directo y muy físico que utilizó el Almería. "Nos ha costado mantener la calma y el juego de posición", dijo al tiempo que defendió que su equipo no mantuvo un esquema más ofensivo debido a la expulsión de Milito. "Es un jugador importante y el oponente ha presionado aún más. Hemos tenido que trabajar muchísimo para aguantar y esperar para marcar la diferencia en un contraataque".
La sucesión de bajas no cesa. Rijkaard no pudo contar en Almería con nueve jugadores del primer equipo. En el partido del próximo domingo frente al Valladolid ya es seguro que tampoco podrá alinear a dos jugadores más: Milito e Iniesta. Ambos serán sancionados por acumulación de amonestaciones.
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