El provincianismo se apodera de la gestión del Gil-Albert
El IAC de la Diputación de Alicante rebaja su nivel y cae en el localismo
De ser un referente nacional e internacional en publicaciones, congresos y actividades está convirtiéndose en un centro de estudios que rezuma un provincianismo alicantinista. El Instituto de Cultura Juan Gil-Albert vivió en los años noventa su época dorada por su proyección y prestigio académico, pero en la actualidad la calidad y cantidad de actividades pasan desapercibidas por la inmensa mayoría y responden a compromisos adquiridos y criterios localistas.
El poeta Seamus Heuney publicó una antología antes de recibir el Nobel
"Apostábamos por temas locales con visión universal", asegura La Parra
Tamames o el televisivo Javier Sierra fueron invitados en 2007
El PSPV cree que hay "una enorme diferencia en calidad y cantidad"
Las publicaciones y la hemeroteca dan fe de ello. Del escritor irlandés Seamus Heuney se publicó en 1994 una antología poética por parte del Instituto Juan Gil-Albert de Alicante, cuando este poeta era un autor desconocido, y al año siguiente le concedieron el Premio Nobel de Literatura. Con motivo del 50 aniversario de la muerte de Miguel Hernández, Alicante acogió un congreso internacional en el que participaron no sólo los mejores especialistas de su obra, sino también poetas y amigos del escritor oriolano, como Rosario Sánchez Mora, que a los 17 años se alistó voluntaria para luchar contra las tropas fascistas, y fue inmortalizada por Miguel Hernández en el famoso poema Rosario, dinamitera.
En aquellos años se organizaron exposiciones como la de Rafael Altamira, que tras su inauguración en Alicante recaló en la Biblioteca Nacional de Madrid, Santiago de Chile, Buenos Aires, México y París. La dimensión y repercusión internacional del Gil-Albert de aquella época contrasta con el enfoque actual. Como muestra, basta un vistazo a la memoria de actividades de 2007, en la que destaca el seminario conmemorativo de los 50 años del nacimiento de la Unión Europea, organizado por Salvador Forner y en el que intervino Ramón Tamames; o la intervención del director del Instituto, Joaquín Santo Matas, y otros dos miembros, en un coloquio sobre Azorín en la localidad francesa de Pau. La exposición más sonada fue Los Francés, una saga de pintores, compuesta por 136 obras de la colección privada de Isabel Francés, "una artista madrileña afincada en Sevilla, aunque de origen alcoyano".
El historiador Emilio La Parra, director del Gil-Albert entre 1988 y 1995, recuerda cómo se organizó en Alicante la primera exposición que se hizo en España sobre la masonería, con documentos originales sobre la logia masona, que luego recorrió varias capitales. Otra muestra se centró en la escuela en la República y en el capítulo de publicaciones se contó con la colaboración de hispanistas franceses y personas de prestigio como Josep Fontana. "Apostábamos por los temas locales, pero con una visión universal y vanguardista", asegura La Parra, que destaca cómo durante su mandato ni el presidente de la Diputación, ni el diputado responsable "salían en la prensa para hablar de estas actividades, y no como ahora, que son los políticos los únicos que hablan". El rumbo actual es bien distinto. En 2007 una de las conferencias más importantes fue ¿Puede una novela resolver un enigma histórico?, del televisivo Javier Sierra, o la participación de la editora y escritora Laura Freixas en una conferencia sobre mujer y literatura.
El Gil-Albert es también un importante centro editor por su volumen de publicaciones. En la etapa socialista cada año se publicaron unos 30 ejemplares, cifra "similar a los 25 o 30 que publican ahora en función del presupuesto", según admite José Luis Ferris, actual responsable de la línea editorial, en la que priman los títulos relacionados con cuestiones locales. Un ejemplo es el estudio de Rafael Moñino Mil palabras singulares del léxico cojense y recuerdos de la huerta de Cox o La palmera. Descubrimiento y asombro, de Sol Pérez. El diputado socialista Antonio Amorós asegura que antes "había dinámica y compromiso por parte de los intelectuales". Según el diputado, "hay una enorme diferencia en calidad y cantidad" de actividades y obras. Este periódico intentó sin éxito conocer la opinión del director, Joaquín Santo Matas. En la página web de la Diputación tampoco están las memorias de las actividades.
Un director más político que historiador
El director del Instituto Alicante de Cultura Juan Gil-Albert, Joaquín Santo Matas (Alicante, 1953), alardea de ser "historiador", pero sus publicaciones se limitan a conferencias y artículos en revistas o periódicos. En una ocasión, hace un año, en la librería 80 Mundos de Alicante, durante la presentación de un libro, según atestiguan varias personas, Santo Matas dijo que estaba documentándose a fondo sobre el reinado de Isabel II y afirmó "sin rubor que había consultado in extenso la Enciclopedia Espasa".
El director del Gil-Albert estudió historia, pero en su currículo, que no está disponible en la web de la Diputación y del que apenas hay datos en Internet, destaca sobre todo su faceta política. Fue diputado en las Cortes Valencianas por Alianza Popular entre los años 1983-87, luego simpatizó con la Asociación para la Defensa de los Intereses de Alicante, de postulados cantonalistas. En el parlamento valenciano en 1987 pasó al Grupo Mixto al dejar AP y afiliarse al CDS, partido del que fue gerente de campaña en el año 1991. Luego regresó a AP, y a partir del año 2000 recaló en el Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Alicante, donde entró de la mano de Pedro Romero, actual diputado del PP. El presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, le nombró director del Instituto en sustitución de Adrián Espí.
El cuadro directivo se completa con el escritor José Luis Ferris, premio Azorín de 1999 y autor de las biografías de Maruja Mallo o Miguel Hernández, que se encarga de las publicaciones. Miguel Ángel Auladell, profesor de Lengua y Literatura en la Universidad de Alicante, es el nuevo director del departamento de Humanidades y Ciencias, en sustitución del arqueólogo Jorge Soler. La periodista que colaborada en el diario ABC de Alicante Rosalía Mayor es la responsable de las revistas Canelobre y Salt, y Ana María Balsalobre, profesora de Arte en la UNED, dirige el departamento de Arte y Comunicación Visual.
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