El futuro del PP
¿Es posible perpetuarse en el error?, el PP parece encontrarse cómodo alejándose de la catarsis. Rajoy no lo ha hecho mal, pero ha perdido y para ganar las próximas elecciones hace falta otro candidato. La mayoría de la ciudadanía comparte el diagnóstico pero la cúpula del partido, para no ver peligrar su puesto y con una visión cortoplacista, se afana sólo en agasajar a quien merece ser reconocido por su esfuerzo. Allá por octubre de 2004, el que escribe, un visionario compromisario, defendió sin tapujos la autocrítica, centrada en la mayúscula "metedura de pata" que supuso respaldar políticamente la guerra de Irak y su frontal rechazo supuso el inicio de la travesía del desierto para nuestra organización, puesto que la sociedad entera percibió la ausencia de regeneración, la pérdida de credibilidad y el puro continuismo. Pesado lastre que todavía hoy soportamos, puesto que el PP se ha instalado en el autismo político. El próximo Congreso previsto para junio no será "a la búlgara" y lo lamento, convencido de que necesitamos un cambio de rumbo, huir del seguidismo mesiánico, abandonar la endogamia, abrirnos a la sociedad y modernizar nuestro discurso político. Dicha orientación requiere grandes sacrificios y mucha generosidad, esfuerzos que, desgraciadamente, la clase dirigente del PP no está dispuesta a asumir.