Las medias verdades de Briatore
El patrón del equipo Renault asegura que Hamilton se equivocó el año pasado y que él siempre elegiría a Alonso
Es un relaciones públicas excelente y, como tal, domina el arte de la palabra. La mayor parte de sus afirmaciones son medias verdades que esconden realidades complejas que cada cual acaba interpretando como mejor le parece. Y ése es el objetivo que muchas veces busca Flavio Briatore. El italiano, que roza los 58 años, es un encantador de serpientes, pero también un triunfador. Fichó a Michael Schumacher cuando todavía no era nadie y en Benetton le ofreció un coche que le permitió ganar sus dos primeros títulos mundiales de la F-1 en 1994 y 1995. Y, después, cuando Renault realizó su apuesta para regresar como escudería propia en 2000, cogió el mando del equipo, se aseguró la contratación de un tal Fernando Alonso que apuntaba alto y consiguió ganar con él dos veces consecutivas, en 2005 y 2006, los títulos de pilotos y marcas. Después, sin embargo, comenzó el declive.
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Un declive imparable que se inició con la pérdida de Alonso, que fichó por McLaren Mercedes, la escudería del principal adversario de Briatore, Ron Dennis. Prosiguió con un error de partida en el túnel de viento que dejó sin posibilidades al R27 y concluyó con serios problemas de salud para el propio Briatore. Fue terrible 2007 para Renault. Pero Briatore no tiró la toalla. Tras el conflictivo año que vivió Alonso en McLaren, le tendió la mano y le ofreció el puesto de primer piloto en Renault asegurándole que tendría un coche ganador.
Cumplió una parte de su palabra. Pero la otra está por ver. Ayer, en la primera cronometrada, Alonso no consiguió ni siquiera entrar en la última tanda, la reservada a los diez primeros de la parrilla. Acabó el undécimo. "Eso no es real porque, si hubiera podido realizar la crono sin problemas, Fernando habría estado al nivel de Hamilton", afirmó Briatore. Fue otra media verdad porque el propio Alonso le rectificó: "Habría estado a nueve décimas. Y es la diferencia que creo que tenemos respecto a McLaren y Ferrari. Pero es menos de la que esperaba".
Sin embargo, hay una promesa que sí ha cumplido Briatore porque Alonso recibe en Renault un trato de rey. "Vuelve a sonreír", asegura el patrón de la firma francesa; "es feliz y vuelve a sentir el placer de pilotar. Le veo tan motivado como en 2003. Vuelve a ser aquel Fernando que conocimos, el de 2004 y 2005, porque ha recuperado la estabilidad emocional y tiene la seguridad de que aquí recibirá el trato que merece un bicampeón".
Un trato muy distinto al que el año pasado le dieron en McLaren y que Briatore califica de auténtico error por parte de Dennis y del propio Hamilton. "Era normal que la escudería apoyara más a Lewis porque llevaba ya diez años con ellos", comentó Briatore a The Guardian; "lo que no era normal es que, cuando Hamilton hacía la pole, todo el mundo se volviera loco de alegría y no cuando la hacía Alonso. Eso es duro para un campeón mundial que descubre que tiene que competir en su equipo con un recién llegado".
Briatore va incluso más lejos al juzgar a Hamilton. "Es joven y tiene un talento incuestionable", agrega el magnate italiano; "pero perdió la oportunidad de ser campeón mundial por sus propios errores. Como novato en la F-1, debería haber trabajado para el equipo. Hay 1.000 personas trabajando para que tengas el mejor coche posible y merecen un respeto. No puedes decir 'mi' coche porque es el coche de la escudería. Lo siento por los mecánicos de McLaren, que, por culpa de la batalla que mantuvo con Alonso, se quedaron sin título".
Ésa fue su forma de explicar lo que no va a ocurrir esta temporada entre Alonso y Nelsinho Piquet. "No creo que quiera suicidarse en su primer año", dice sobre el brasileño; "los dos trabajan para el equipo. Y, después, me toca a mí gestionar la situación para que no haya problemas. Hamilton es una bendición para McLaren y la F-1, pero yo siempre elegiría a Alonso para tenerle en mi equipo. Posee más experiencia y es mejor piloto".
A Nelsinho le faltan horas
Si Fernando Alonso suda tinta para tratar de acercar las prestaciones del R28 a las que ofrecen los Ferrari y los McLaren Mercedes, los monoplazas más rápidos de la parrilla, su compañero Nelsinho Piquet no da abasto. En su primer fin de semana de carreras, al brasileño le han faltado horas, una circunstancia que adquirió aún más relieve cuando acabó el penúltimo en la sesión clasificatoria.
Subcampeón de GP2 el año en el que se coronó Lewis Hamilton (2006), la realidad de ambos pilotos es diametralmente distinta. Mientras Nelsinho, de 22 años, debuta esta temporada como piloto oficial a bordo de un bólido de segunda, Hamilton, un año mayor, afronta su segunda temporada ya como subcampeón del mundo y al volante de un vehículo que, sobre el papel, está listo para medirse sin complejos a los Ferrari.
"Es duro", resopló Piquet. "Resulta muy difícil calibrar el coche para la sesión clasificatoria y para la carrera y, además, atender a la estrategia", argumentó el carioca, que en todo momento se ha exhibido un paso por detrás de Alonso, su vecino de taller. "Durante el fin de semana de carrera, todo pasa muy rápido. No tienes mucho tiempo para pensar. Es mi primera vez y me estoy acostumbrando", se defendió.
Pero, para su desgracia, las comparaciones no se acaban con Hamilton. Piquet conduce el coche que dejó libre Heikki Kovalainen cuando anunció su marcha a McLaren. Aunque el Renault del finlandés nunca estuvo en condiciones de ganar carreras, su rendimiento fue de menos a más en el campeonato, algo que le llevó directo a su primer podio: fue segundo en Japón.
"Mientras él pudo realizar más de 30.000 kilómetros con el coche, yo sólo he podido rodar unos 10.000", consideró el hijo de Nelson, tricampeón mundial (1981, 1983 y 1987). "Tengo mucha menos trayectoria que Heikki y, además, no hay una fórmula que prepare a los novatos para su primera carrera", dijo.
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