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Las consecuencias del 9-M

Llamazares: "Asumo la responsabilidad, pero no la culpa"

El líder de IU advierte del riesgo de convertir la crisis en "aquelarre"

Unos creen que triunfará "el sentido común" y el consenso: que todas las "tribus" de IU arrimarán el hombro porque la única salida tras el desastre electoral es empezar de cero. Otros son más fatalistas: auguran una bronca definitiva en la IX Asamblea Federal y un escenario, incluso, de ruptura. Pero ni unos ni otros -miembros de distintos sectores de la formación- las tienen todas consigo. "Por lo pronto, hemos ganado tiempo. Ahora hay que organizarse y cooperar", dicen.

Izquierda Unida se enfrenta a tres meses clave para su futuro -la IX Asamblea, que elegirá una nueva dirección, se celebrará en junio- y las familias que la integran empiezan a tomar posiciones. Ayer, el coordinador "en funciones", según sus propias palabras, Gaspar Llamazares, anunció que se opondrá a cualquier intento de convertir la transición en un "aquelarre" por el descalabro electoral del 9-M.

El coordinador dice que, "en principio", será diputado toda la legislatura
"Hoy por hoy, no creo que Zapatero ni pida ni cuente con el voto de IU"

No se refería a una reunión nocturna de brujos y brujas, sino a la tentación de poner el ventilador y "repartir culpas". Lo dijo tras advertir: "Yo asumo la responsabilidad, pero no la culpa". Y antes de comunicar con ambigüedad que "en principio" ocupará el escaño de diputado toda la legislatura. "Tengo más apoyo electoral que ningún otro, porque un escaño de IU cuesta casi 500.000 votos. En principio, cumpliré ese mandato de los electores", señaló en su primera rueda de prensa tras el desastre.

IU ha perdido en estas elecciones 300.000 votos y tres de sus cinco diputados. Los peores resultados de su historia han dejado a la formación sin grupo parlamentario. Y sólo uno de esos dos escaños es 100% de IU. El otro lo aporta la coalición que IU (EUiA) forma en Cataluña con ICV. Pero ya ni siquiera está garantizada la colaboración entre ambos: según fuentes de ICV, la formación se está planteando subrayar su perfil propio frente a IU, una vez condenados los dos al grupo Mixto.

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Llamazares no asumió culpas pero ordenó las razones del "fracaso" del 9-M: el "bipartidismo feroz, agitado por los poderes políticos, económicos y mediáticos", el "sistema electoral antidemocrático" y, en último lugar, las peleas en el seno de IU. "Ser plurales no debería ser sinónimo de crispación y división. Nos impide explicar nuestra política. Aun así, creo que han sido más los aciertos que los errores", terminó.

No aclaró si apoyará la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero -"Hoy por hoy, no veo que ni pida ni cuente con el voto de IU"- y contó que Zapatero le expresó por teléfono su pesar por los pésimos resultados de IU. "Yo le contesté que eso era consecuencia del bipartidismo, y que ahora él tendrá más diputados, pero menos margen para hacer política de izquierda".

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