Los críticos imponen condiciones a Llamazares para la asamblea sucesoria
El líder de IU aplaca las exigencias de dimisión con una "comisión unitaria"
No rodarán cabezas en IU antes de la próxima asamblea, que se celebrará a mediados de junio y elegirá una nueva dirección. Gaspar Llamazares logró ayer mantenerse en el cargo de coordinador general hasta entonces, como había anunciado en la aciaga noche electoral del 9-M, pero a cambio tuvo que ceder algo a sus críticos, que habían exigido dimisiones: por primera vez, una "comisión unitaria", independiente de la dirección y con representación de todas las corrientes enfrentadas de IU, pilotará la transición y tendrá "competencias plenas sobre todos los aspectos relacionados con la preparación de la Asamblea".
No es una gestora, porque la dirección política de IU y la gestión de todo lo que no sea preparar ese congreso sigue en manos de Llamazares y su equipo, pero sí supone restar poder a la dirección para ese proceso y permite al sector crítico -el núcleo duro del PCE, y en los últimos días también federaciones como la madrileña o la catalana- participar en él como había exigido. La decisión la tomó ayer -por 17 votos a favor y cinco abstenciones- la Comisión Permanente Federal de IU.
La resolución -que presentó el propio Llamazares- comienza admitiendo el "fracaso con pocos matices" del 9-M -IU obtuvo los peores resultados de su historia: dos diputados- y la "necesidad de una reflexión profunda". Subraya la injusticia de la Ley Electoral, pero a continuación hace un ejercicio de autocrítica inaudito hasta ahora: "En el resultado han pesado años de confrontación y desgaste interno; una degradación de la vida organizativa y de la confianza mutua; dificultades para expresar nuestro discurso y nuestras propuestas; un agotamiento de la organización y un abandono de las responsabilidades en esta materia". "Estas elecciones marcan con claridad el fin de una etapa en IU", concluye.
La composición de la comisión preparatoria se decidirá durante la Semana Santa -la discusión entre sectores para pactar los nombres augura una auténtica semana de pasión- y será ratificada por la presidencia a finales de este mes. "Gaspar sabía que se podía encontrar con una gran bronca en la comisión permanente, por eso ha preferido conceder él mismo esto de la comisión, que contenta un poco a todo el mundo, y frenar los ataques del sector crítico por el momento. Pero esto, desde luego, habitual no es", interpretaba anoche un miembro de ese órgano.
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