La vida en imágenes
El ilustrador Etienne Delessert, en el carnaval literario
Ilustrador, pintor y diseñador gráfico, Etienne Delessert (Lausana, 1941) es uno de los gigantes de la literatura infantil, responsable de que los niños de medio mundo hace más de 30 años se enteraran de cómo un ratón fue capaz de descubrir el mundo al caerle una piedra en la cabeza, o el diluvio bíblico que puede provocar una pulga inoportuna en el ojo del sol en Fiesta en el Arca de Noé (Sans fin la fête, 1967) su profético libro que encendería las luces en los territorios de la literatura infantil y los ilustradores de todo el mundo. Estos días se encuentra en Valencia como invitado de honor de la Escuela Gençana y su Carnaval Literario -para el cual ha realizado el cartel-, unas jornadas festivas donde se mezclan actividades pedagógicas y lúdicas, y donde han participado entre otros, los escritores Carlos Marzal y Joan Manuel Gisbert, el dibujante Miguel Calatayud, grupos de teatro, actuaciones musicales, plásticas, etc.
"Es importante proponer a los niños historias que les hagan preguntar"
"El libro ofrece un contacto directo que se comparte con otras personas"
"Comencé en el mundo de la comunicación visual, trabajando en diseño gráfico, después como director artístico de revistas de gran tiraje que te obligaban a llegar a toda clase de públicos, y empecé a publicar mis primeros dibujos y a expresar mis deseos de contar historias a través de la imagen". Hijo de un pastor protestante de Lausana, liberal, amante de la naturaleza, cuyos antepasados llegaron huyendo de las guerras de religión, Delessert, aprendió de su padre "que solo se hace bien aquello que se ama".
Pintor, diseñador gráfico, ilustrador, creador de series para televisión, su obra se ha expuesto en el Museo del Louvre y en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, entre otros lugares, un trabajo creativo que se ha visto recompensado con el oscar mundial de la ilustración infantil, dos veces el Premio de la Feria de Bolonia al mejor ilustrador. En 1971, para la realización del libro Cómo el ratón descubre el mundo al caerle una piedra en la cabeza conoce al pedagogo Jean Piaget, un encuentro que para él será decisivo. "Empecé a interesarme profundamente por los niños y por la literatura infantil cuando conocí a Piaget, con él aprendí a hacer preguntas, a plantearles problemas pero sin tratar de influenciarlos". "Para mí", continúa Delessert, "es muy importante proponer a los niños historias que no son las de cada día y que los impulsa a interrogarse, a preguntarse a ellos o a sus padres. Un mundo paralelo, que no es el mundo que vive cada día con su familia, en el colegio, etc. Es una forma de animar la creatividad".
En un horizonte donde el niño dispone a su alcance de las nuevas tecnologías, Delessert defiende el libro y la lectura como forma de aprendizaje y creación. "Con la televisión o el cine el único contacto físico es con la pantalla; el libro, por el contrario, te ofrece un contacto físico directo, que compartes con otra persona, tus padres, y surgen preguntas, recibes respuestas después de haber visto una imagen o haber leído un texto que a lo mejor puede cambiar tu vida".
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