Puigcercós toma las riendas de Esquerra para desbancar a Carod

Esquerra Republicana (ERC) sufrió el domingo un resultado catastrófico al pasar de ocho a tres diputados. Y apenas unas horas después, la tregua entre las dos familias del partido independentista saltó por los aires. Joan Puigcercós, consejero de Gobernación de la Generalitat y secretario general de ERC, aprovechó el desplome electoral (la pérdida fue de 300.000 votos) para tomar posiciones en la guerra que mantiene con Josep Lluís Carod Rovira para liderar el partido. Puigcercós comunicó ayer al presidente de la Generalitat, José Montilla, su decisión de dimitir para dedicarse en exclusiva a ERC garantizando, eso si, la estabilidad del tripartito. Por la noche, Presidencia anunció que Jordi Ausàs, alcalde de La Seu d'Urgell y el candidato de Esquerra por Lleida, que no obtuvo el escaño, sustituirá a Puigcercós.

El partido avanza a junio el congreso que decidirá el liderazgo de ERC

Carod dice que el pacto de legislatura se cumplirá hasta el final del mandato

Tras arrollar en las urnas, los dirigentes del Partit dels Socialistes (PSC) celebraban el domingo su victoria con euforia y con una inquietud: se preguntaban cuál sería la reacción de Esquerra, partido volcánico y emocional, y su impacto en el tripartito. Puigcercós ya meditaba entonces su estrategia: renunciar a la consejería para dedicarse en exclusiva al partido y meditar el nombre de posibles sustitutos. Paralelamente, dirigentes de su confianza planteaban en el hotel electoral (él estaba en un programa de televisión) avanzar el proceso congresual -de otoño a junio- que podría suponer, explicó después Puigcercós, "un golpe de timón al partido"

Con todo ese paquete de medidas, Puigcercós acudió a la reunión matinal de la ejecutiva del partido. A primera hora de la mañana, Puigcercós ya había hablado con Ausàs y tenía también dos opciones más: la de Jaume Oliveras, ex concejal de ERC en el Ayuntamiento, y la de Joan Ridao, el candidato por Barcelona. El propio Ridao, que pasará de ser portavoz de ERC en el Parlament con 21 diputados al Grupo Mixto, reveló en el programa La nit al dia, de TV3, que rechazó ser consejero y que se va al Congreso. "Soy muy tozudo y cumplo mis compromisos. Una vez ya pude ser consejero y he dicho que no", explicó. "No son las condiciones deseadas pero a iré a Madrid con ánimo y optimismo".

La rapidez meteórica con que Esquerra tomó decisiones provocó un alivio en el tripartito. Ante una gran expectación de cámaras y micrófonos, Puigcercós se reunió por la tarde con Montilla y aseguró que éste había entendido las razones para presentar una dimisión circunscrita a la crisis del partido. "Ha encajado la decisión con tristeza pero ha entendido mis razones", señaló después.

El varapalo electoral dejó muda a la cúpula de Esquerra que se negó el domingo a conceder entrevistas. Pero ayer, tras la ejecutiva, Ridao, Carod y Puigcercós comparecieron, hora y media después de lo previsto, en la sede del partido. Ridao achacó el "mal resultado" a la "bipolarización brutal", a que el PSC ha recogido el tsunami del "voto útil progresista" por el miedo de Cataluña al Partido Popular y a que el electorado independentista no fue a votar. "Estábamos en una nube: los resultados son una fotocopia del país que tenemos". Fue entonces el turno de Puigcercós. "Que no haya ninguna duda", insistió, "el programa de gobierno se respetará, pero hay que reforzar la dirección del partido. No es una decisión personal, es del partido: unos compañeros se quedan en Esquerra, y otros, en el Gobierno".

Por último, habló Carod. "Soy el del Gobierno", dijo tras enviar un mensaje con su móvil, con triste ironía, lejos de su acidez habitual. "No tenemos que ganar crédito como independentistas, pero sí reforzar la condición de partido sólido y de gobierno", dijo para añadir después: "El acuerdo de legislatura se cumplirá hasta el final".

La dimisión de Puigcercós fue acogida con estupor por la oposición. "Montilla tendrá que dar una explicación de por qué sólo 24 horas después de las elecciones, un consejero dimite", dijo Felip Puig, número dos de CiU. Y Daniel Sirera, presidente del PP en Cataluña, afirmó: "Puigcercós pretende convertir a ERC en un partido de oposición, lo que generará inestabilidad".