EA desaparece del Congreso

Eusko Alkartasuna (EA) cosechó anoche los peores resultados de su historia en unas legislativas. Su proceso de adelgazamiento electoral ha tocado fondo hasta perder su único escaño en el Congreso. El partido siempre había tenido representación en la carrera de San jerónimo desde su creación. Pese al batacazo, su presidente, Unai Ziarreta, no hizo ninguna autocrítica y achacó su resultado al atentado de Mondragón y al rédito que, cree, han logrado los socialistas de la abstención. Errores propios, ninguno.

Con el 95,91% de los votos escrutados, sus siglas recibieron 47.600 papeletas, frente a las 80.905 de hace cuatro años. El batacazo fue uniforme en las tres provincias. En Guipúzcoa, su plaza fuerte, se pone al descubierto su herida: se quedó en 24.400 votos al 96,8% del escrutinio, lo que le supone perder casi otros tantos (en 2004 logró 42.971 sufragios). En Vizcaya le ocurre algo similar: pasa de 30.000 a poco más de 18.000 a falta de recontar un 13% de las papeletas. Y en Álava, donde consiguió poco más de 5.000 votos, experimenta una caída de cerca de 3.000 papeletas.

"Han sido unos resultados malos", reconoció Ziarreta, quien trató en todo momento de encontrar justificaciones a este revés en las urnas: "Han sido unas elecciones generales celebradas en circunstancias excepcionales. El atentado ha influido y la abstención ha jugado a favor del PSOE. Estoy seguro de que en las autonómicas vamos a recuperar la senda ascendente".

EA ha conocido un paulatino y constante retroceso en estos comicios. Una voz crítica con la línea oficial pedía en los pasillos "un profundo proceso de reflexión, dentro del partido y en el nacionalismo en su conjunto". A su juicio, la pérdida de votos no es casual y evidencia que "las cosas no se están haciendo bien".