Gratitud

La noticia de la enfermedad de Jordi Solé Tura me ha conmocionado y a la vez me ha hecho recordar un artículo que escribió en este mismo periódico el 12 de abril de 1993. Me ha conmocionado porque mi madre falleció a consecuencia de la maldita y terrible enfermedad de Alzheimer. Una enfermedad devastadora para el paciente y para los familiares, sobre todo, cuando es diagnosticada a edades tempranas como fue nuestro caso. Y me ha hecho recordar el artículo que escribió en la precampaña electoral de las elecciones generales de 1993 porque bajo el título "Ser socialista" y bajo una campaña de crispación semejante a la que hemos sufrido en esta legislatura, escribió: "soy socialista porque hoy, igual que antes, me hierve la sangre cada vez que veo a una persona tratar a otra como ser inferior, cada vez que veo una injusticia, cada vez que veo a alguien aprovecharse de su situación para medrar a costa de los demás, cada vez que veo a alguien discriminado por su sexo, por su raza, por sus creencias, por su condición social".

Y acababa diciendo: "por eso hay que proclamar bien alto lo que uno cree, lo que uno piensa". Quince años después ese artículo no ha perdido un ápice de actualidad, y por eso quiero proclamar bien alto: ¡gracias, Jordi.