"Tienes que salir de aquí, han tiroteado a un compañero"

Al presidente del Gobierno se le transmutó la cara cuando el presidente del PSOE, Manuel Chaves, le informó de que en Mondragón habían tiroteado a un ex concejal del PSOE. Su gesto desconcertó a parte del auditorio, que notaron que algo pasaba. José Luis Rodríguez Zapatero era, en ese momento, aclamado y vitoreado por más de 4.000 seguidores en Málaga, la mayoría mujeres, ya que para ellas era este acto, penúltimo mitin de campaña. Tocaba el final de la liturgia de estos actos. Brazos en alto, aplausos y todos los candidatos en el escenario con Zapatero. El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, subió con el rostro descompuesto y se precipitó hacia Zapatero. A éste se le congeló el gesto y apareció un rictus de dolor. Pasaban 45 minutos de la una de la tarde. "José Luis, tienes que salir de aquí, han tiroteado a un compañero de partido en Mondragón, un ex concejal", le dijo Chaves al oído.

"Vámonos ya", se leyó en los labios del presidente desde el escenario

Ya no hubo más sonrisas, ni Zapatero devolvió las intensas muestras de afecto. Los saludos desde el escenario duraron un suspiro. "Vámonos ya", se leyó en sus labios, y Rodríguez Zapatero salió a toda prisa del pabellón de Teatinos, ante la extrañeza del público, que no entendía a qué tanta prisa. Los más cercanos, como la secretaria provincial del PSOE, Marisa Bustinduy, entendieron que algo grave había sucedido. "No sabía nada, pero la cara de Zapatero era impactante, de dolor", dijo. Pero sí sabían qué había ocurrido los que estaban más cercanos físicamente a Chaves. La directora general de Coordinación Informativa, Angélica Rubio, recibió la noticia desde Moncloa e informó a Chaves.

En ese momento nadie sabía que la persona que había recibido varios tiros era Isaías Carrasco, militante del PSE-PSOE y ex concejal de Mondragón. Zapatero supo de la muerte cuando ya estaba en el avión privado, alquilado por el PSOE para la campaña, que le trasladaba a Madrid.

Pero parte de los políticos que estaban en primera fila, sí sabían qué pasaba y miraban a Zapatero con desasosiego. Chaves, una vez informado por Angélica Rubio, contó lo sucedido a la ministra de Fomento y número uno de la candidatura por Málaga, Magdalena Álvarez. Y trasladó la terrible información a José Andrés Torres Mora, miembro de la ejecutiva federal y candidato también por esta provincia andaluza. Al instante lo supo otro asistente de primera fila, Bernardino León, malagueño, secretario de Estado de Asuntos Exteriores, que cierra la lista al Congreso por esa circunscripción. El secretario de Estado, se trasladó a Madrid en el avión del presidente, junto a la comitiva habitual. Angélica Rubio, el director de Comunicación del PSOE, Carlos Hernández, un asistente del presidente, el personal de seguridad, el médico y una enfermera vieron a un Zapatero muy afectado. En el avión, el presidente recibió información telefónica del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aunque los datos aún eran precarios. Zapatero preguntó si tenía familia, cuantos hijos, si eran pequeños. Supo, eso sí, que era un militante de base, y eso le conmovió aún más. Aseguran que no hubo ni una palabra sobre las elecciones. Eso sí, reiteró que era el momento de la unidad.

Zapatero se reunió a su llegada a Mondragón con la familia del asesinado y después con la plana mayor del PSE. "Nunca reconoceremos suficientemente el alcance de militar y defender las ideas sólo con la palabra", les dijo. "Que sepan los violentos que nuestra firmeza y convicción democrática son infinitamente más fuertes que el dolor de ver morir a un compañero. La democracia ya ha vencido".