"Me parece bien simular un penalti"

Se toparon en el túnel de vestuarios. Tarde fría del pasado diciembre en Montjuïc, antes de batirse el Espanyol con el Levante. "Buenas", soltó uno, alargando la s con retintín. "Qué pena que no juegues", respondió el otro, cortante. "¿Por?", inquirió Luis García (Oviedo, 1981), delantero blanquiazul, a quien ya se le intuía cierta sonrisilla. "Porque, sin tus lamentos, nos vamos a aburrir", contestó el árbitro Undiano Mallenco al tiempo que se carcajeaba. Lucho, como se le llama, no jugaba por acumulación de tarjetas. Cuatro de las cinco amarillas eran por protestar. De discurso directo, apenas reprime sus impulsos, su agudizado sentido de la competitividad. "No sé morderme la lengua", reconoce. Pero tiene tantas réplicas como goles. Hoy se mide con el Madrid.

"El que no es listo no sirve para esto. Hay que aprovechar las circunstancias"

"Siempre protesto todo. No sé controlarme ni morderme la lengua"

"Es fundamental tapar a Guti para que no lance pases interiores"

Pregunta. Dicen en el vestuario que cuando usted habla todos escuchan.

Respuesta. Porque cuando hablo lo hago para ayudar, para aportar mi punto de vista sobre el grupo. Tengo madera de líder porque soy ambicioso y siempre quiero más. Me gustan las responsabilidades, no me pesan. Junto a Tamudo, De la Peña, Riera y Jarque, soy un jugador importante en el Espanyol y, además de fuera, tengo que demostrarlo en el campo. Es en los momentos complicados cuando aparecen los buenos jugadores. Y quiero serlo.

P. Se le observa un fútbol menos espectacular, pero más práctico que antaño. ¿Es así?

R. Antes tenía el vicio de hacer las cosas demasiado rápido. Pero con los años ganas confianza y pausa. Para mí, el fútbol práctico es el más bonito. Sólo hay que mirar a Zidane. Era impresionante. Hacía sencillo lo imposible. Ahora ya no hay tantos regateadores. Son sólo unos privilegiados. Joaquín, Riera, Vicente... Aunque un caño, un control o un remate acrobático no le molestan a nadie. Pero en el medio no siempre está permitido arriesgarse.

P. ¿Le molesta no jugar de delantero centro?

R. Mi posición natural es detrás del punta. Me gusta tocar el balón, tenerlo entre los pies y llegar a la portería contraria. Arriba tendría más ocasiones de gol, pero perdería de vista el balón. A De la Peña, por ejemplo, también le han retrasado [ejercía de media punta] y ahora creo que es medio centro por definición. Le da lo mismo lanzar sus pases cinco metros más retrasado porque le sobra calidad para poner la pelota donde quiere. Hay, en cualquier caso, un tópico del fútbol muy injusto que sostiene que Iván no sabe defender. Esos atrevidos no han visto un partido suyo. Corre como el que más y roba infinidad de balones con la anticipación. Le basta con la inteligencia.

P. ¿Es el fútbol un juego para listos?

R. El que no lo es no sirve para esto. Creo que hay que aprovechar las circunstancias y las situaciones de dudas. Para mí, todo vale. Para mí, sí. Una patadita para cortar el juego, un agarrón disimulado, una pérdida de tiempo o simular un penalti. Me parece todo bien. Si lo simulas y te lo pitan, al final de la temporada nadie se acuerda de eso, sino de que se ganó el partido. No está bien visto, pero todos lo hacen y siempre será así. Un penalti simulado que ayuda a los compañeros a ganar un partido bien vale una crítica.

P. No ayuda mucho a los árbitros, ¿no?

R. No mucho. Y siempre protesto todo. Pero no sé controlarme ni morderme la lengua. Aunque eso, en todos los aspectos, lo pago. Desde la prensa se me tilda de polémico. Pero no me arrepiento de nada de lo que he dicho. No voy a cambiar. Las cosas, claras, de frente y con la verdad por delante. Y con Valverde, en contra de lo que se ha filtrado en los medios, no he tenido tiranteces. Los dos buscamos lo mejor para el equipo.

P. Un equipo que no pasa por su mejor momento.

R. Antes disparábamos tres veces y marcábamos tres goles. Ahora lo intentamos diez y no metemos uno. Es la dinámica negativa. ¡Incluso no cogemos los rebotes ni aprovechamos las segundas jugadas! Así que ahora no tiene que aparecer el talento, sino el juego del equipo. El problema es que este año nos han castigado mucho las lesiones. Kameni se fue a la Copa de África y perdimos al portero. Jarque se lesionó y echamos de menos la seguridad. Y ahora, sin De la Peña, carecemos del último pase; y sin Tamudo, del gol. Son demasiadas deficiencias para no notarlas... Menos mal que Tamudo ya está recuperado.

P. ¿Cree que participará en la Eurocopa?

R. No sé... Eso espero. Creo que Luis Aragonés es un seleccionador con personalidad y que ha llevado a España a la Eurocopa de forma brillante. Así que tengo ilusión en poder ir a una cita tan importante y hacer historia con España. Pero ahora pienso en el Madrid.

P. ¿Tan bueno es Robinho que condiciona las victorias del Madrid?

R. Robinho es buenísimo, un fenómeno. Más que nada, por esa capacidad de desborde que posee. Él solo fija a uno o dos marcadores y es capaz de desarbolar a toda una zaga. Pero el Madrid es mucho más: Raúl suma 199 goles; Van Nistelrooy es extraordinario, una máquina delante de la portería; Soldado es otro punta fantástico... Aunque, para mí, al que hay que parar es a Guti. Es fundamental taparle los espacios para que no lance pases interiores. Es como si a Iván le dieran tiempo para pensar. Sería definitivo.