El Día de la Mujer Trabajadora
El 8 de marzo es, desde hace un siglo, el Día de la Mujer Trabajadora; este 2008, en España, es también la jornada de reflexión previa a las elecciones. Me ha llegado un mail convocándome a una manifestación en Madrid el día 8; pero la Delegación de Gobierno y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (no así en otras ciudades) considera que las concepciones feministas han sido abanderadas históricamente por opciones políticas muy concretas -qué casualidad-, y no permiten esta manifestación.
¿Quieren hacerme creer que después de cuatro años de feroz campaña, después de meses sin querer que reflexionemos sobre nuestra realidad para ganar unos votos, después de permitir concentraciones hasta de partidos nazis a una semana de las elecciones, no se puede celebrar un homenaje a la mujer trabajadora? Si la ley establece esa jornada como "sagrada", la historia sitúa la lucha de las mujeres en lugar prioritario. Las instituciones no se pueden llenar la boca de promesas ante cuatro asesinatos de mujeres un día, y al siguiente prohibir una manifestación que busca, entre otras cosas, denunciar esas aberraciones.
Las manifestaciones y protestas públicas son un ejercicio de democracia; ir a votar cada cuatro años no es suficiente para participar de la vida política de un país. Y claro que el feminismo es política, y la lucha feminista no puede verse coartada por mucha ley electoral que valga. Yo, que el sábado 8 de marzo trabajo, iré a la manifestación a reflexionar sobre todo lo que aún nos queda a las mujeres por pelear. Y el día 9 iré a votar, habiendo reflexionado sobre los que no respetan la igualdad de derechos de todos los miembros de esta sociedad: sean mujeres, trabajadores, emigrantes u homosexuales, por ejemplo.
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