Zapatero: "Yo quiero ganar con votos; otros, con abstención"
Advierte de que combatirá a quien trate a los inmigrantes "como mercancía"
¿Quién teme a las urnas? La campaña electoral socialista se ha basado desde el primer minuto en animar a la participación, con la intuición, apoyada en datos sociológicos, de que los abstencionistas están, sobre todo, entre su potencial electorado. También desde el primer momento temió el PSOE que el PP jugase a desmotivar a esa izquierda a la que preocupan los desajustes que puede ocasionar la llegada masiva de inmigrantes y el papel de los nacionalistas en el gobierno del país.
Pues bien, Zapatero, pasado el ecuador de la campaña, instó en Las Palmas al voto con más ahínco que nunca. "Quiero ganar con el voto de la mayoría, quiero contar votos, no quiero ganar como otros con la abstención". Y acusó: "Quien espera ganar por la abstención tiene poca confianza en los españoles, en la democracia, y, menos aún, en ellos mismos".
Probablemente, muchos de los más de 7.000 canarios que abarrotaron el Centro Insular de Deportes de Las Palmas ya sabían a qué se refería Zapatero pero, por si acaso, narró los hechos. El día anterior el Financial Times publicaba unas declaraciones del secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, en las que reconocía que si su partido "sembraba dudas" sobre la economía, la inmigración y nacionalismos, los posibles votantes socialistas, "quizá se quedarán en casa".
Zapatero, ayer en Las Palmas como los días anteriores por toda España, elaboró un discurso de corte humanista sobre la dignidad de todos los seres humanos. Eso sí, en Canarias hizo una advertencia: "La inmigración tiene que ser legal y al que no venga con papeles se le devuelve, se le repatria, con dignidad, pero se le devuelve". En esta legislatura han sido repatriados casi 370.000 sin papeles. A partir de ahí volvió al habitual discurso sobre la inmigración. "Los inmigrantes son, sobre todo, seres humanos, con dignidad, pero el PP les trata como mercancías y luego van a misa y comulgan". Zapatero advirtió de que combatirá a quien haga un discurso que mueva "las bajas pasiones sobre la inmigración". Todo el discurso del PP fue glosado por Zapatero con sus propias aportaciones e interpretaciones. Aunque le quitó parte del trabajo el número uno de Las Palmas al Congreso, Juan Fernando López Aguilar, que recordó al auditorio "la nostalgia" del dirigente del PP, Miguel Arias Cañete, por "los camareros de antes". Por la tarde, en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna, en Tenerife, López Aguilar fue muy explícito sobre la igualdad de derechos y deberes: "Quien cometa un asesinato va a la cárcel, sea musulmán o católico de comunión diaria".
Para alegría del alcalde socialista de Las Palmas, Jerónimo Saavedra, Zapatero anunció que en esa ciudad se instalará una Oficina de Seguimiento, Apoyo e Iniciativas de las Regiones Ultraperiféricas. Y aseguró que las inversiones del Estado continuarán, "pese a que el Gobierno de Canarias siga empeñado en denigrar al Gobierno de España". Como suele ocurrir en los mítines socialistas de Canarias, entre el público surgió alguna voz gritando "el Sáhara no se vende". Ayer lo hicieron dos jóvenes. Los desalojaron con empellones contundentes.
Las frases de Zapatero
- "Pido a los votantes del Partido Popular que voten al Partido Socialista y que si no lo hacen, que voten al Partido Popular, pero que vayan a votar".
- "Siempre estaré enfrente de quien haga un discurso para excitar las bajas pasiones, de quien haga un discurso de xenofobia, porque detrás de un inmigrante y antes de un inmigrante hay un ser humano con derechos".
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