Buganvilias para esconder el muro
El parque central del Poblenou se abrirá después de las elecciones
Por una vez, una inauguración se pospone a unas elecciones. El parque central del Poblenou, proyectado hace casi dos años, se abrirá a la ciudad muy probablemente el fin de semana siguiente a las elecciones generales. "Es mejor así", zanjan desde el Ayuntamiento de Barcelona. Porque los trabajos en el parque prácticamente terminaron a mediados del mes de enero.
Son algo más de cinco hectáreas en una de las encrucijadas centrales del Poblenou: la de Pere IV con la Diagonal. Un parque ideado como un lugar de calma y tranquilidad en medio de la ciudad densa. Su autor: el arquitecto francés Jean Nouvel. El mismo que creó la torre Agbar de la plaza de las Glòries, visible desde el parque. Como también lo es la esbelta torre -que será un hotel- de otro arquitecto de firma: Dominique Perrault.
Para conseguir el aislamiento del parque, Nouvel apostó por cerrarlo con un muro de cemento. Algo que, hoy por hoy -a la espera de que las buganvillas se encaramen con vigor y lo tapen- resulta chocante. Las oberturas de ojos de buey de vidrio incrustadas en las paredes grises del muro son las únicas pistas de que dentro hay un parque. Los agujeros en las puertas de acceso, una red de hierro, dejan entrever el interior.
Precisamente ese sistema de cerramiento es una de las cosas que ha provocado críticas. "No es normal levantar paredes en una zona de paso de tanta gente. El cerramiento se podría haber conseguido de otra manera, no tan rotunda. Parece que se quiere esconder el parque". Así piensa Salvador Clarós, de la asociación de vecinos de Poblenou.
El parque ocupa lo que es casi un triángulo entre la avenida Diagonal y las calles de Bac de Roda, Marroc y Bilbao. Y está atravesado por la calle de Espronceda, cubierta por unos arcos que, en un futuro, deberían formar algo así como un túnel de vegetación. Por lo menos, así fue proyectado. Nouvel ideó un parque de vegetación y flores. Todo lo contrario a las plazas duras.
Las flores están y también los árboles -sobre todo sauces y hiedras- pero todavía falta un trecho para que logren crear la sensación de estar en medio de una frondosa arboleda. Algo parecido ocurre con las ramas retorcidas a lo largo de los arcos, muy al uso francés de trenzar las ramas de las moreras. De hecho, el tiempo previsto para que la vegetación se adueñe del parque no es inferior a dos años.
Los asientos sorprenden. Sobre todo porque hay muy pocos. No son bancos, son sillas de metal clavadas en la tierra. A veces, solitarias. Otras, en pareja. Y alrededor del espacio central del parque -la plaza de la sardana- en grupos. "La idea es que la gente pueda sentarse en el césped, por eso inicialmente hay pocos. De todas formas ya tenemos claro que habrá que poner más", reconoce Francesc Narváez, regidor del distrito de Sant Martí. Sobre todo pensando en que unos usuarios habituales de los parques son personas de cierta edad que no suelen tirarse por el césped.
El parque tenía un presupuesto de salida de 16 millones de euros y su mantenimiento -será regado por agua del freático- corresponderá al Instituto Municipal de Parques y Jardines que, de hecho, ya han empezado a encargarse de la vegetación. El parque central del Poblenou pasará a ser uno de los mayores de la ciudad, por detrás de la Ciutadella y del de Diagonal Mar, pero con más extensión que el del Escorxador.
Y será, además, más singular si algunos de los espacios ideados por Nouvel, como la cueva bajo la lluvia o la isla bajo una cúpula, llegan realmente a plasmarse sobre el terreno.
De los mayores
- De los parques urbanos de Barcelona, excluyendo los que lindan con Collserola y Montjuïc, el parque Central del Poblenou es uno de los mayores.
- Ciutadella: 16 hectáreas (más otras 13 del zoo)
- Parque Güell: 17,2 hectáreas.
- Diagonal Mar: 14,3.
- Parque Central de Nou Barris: 13,2.
- Parque Central del Poblenou: 5,5.
- Parque de la Estació del Nord: 4,9.
- Parque de Joan Miró: 4,7.
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