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Cinema Jove busca salas en el centro para su edición de 2008

El festival valenciano se queda sin locales a causa de las obras en el Rialto

A poco más de tres meses para su inicio, el festival Cinema Jove busca desesperadamente salas para proyectar su programación. Las obras de rehabilitación del Rialto, sede del certamen desde hace más de diez años, han dejado huérfano a Cinema Jove, un festival que depende económica y funcionalmente del IVAC. El proceso de reforma de la sede de la Filmoteca, que comenzó el verano de 2007, se prolongará hasta el próximo otoño.

El certamen quiere evitar el pago de un alquiler caro, como hizo la Mostra

Rafael Maluenda, director del certamen, espera encontrar un local en condiciones "en el centro de la ciudad, para no dispersar a invitados y periodistas". Pero no lo tendrá fácil. El festival maneja un presupuesto bajo para su categoría (630.000 euros) y no puede permitirse el lujo de alquilar unas salas, como hizo la Mostra en su pasada edición cuando desembolsó 180.000 euros para contar con los Abc Park como sede principal. Estas salas y los multicines Lys son los únicos locales de proyección que sobreviven en el centro de Valencia. Pero, para utilizarlos, hay que pasar por caja y, como revela una fuente de la Mostra, "no tienes más remedio que aceptar el dinero que te pidan, porque ambos pertenecen a la misma empresa". La empresa en cuestión, Unión Cines Centro, está participada por la familia Pechuán, propietaria durante años de la mayoría de los históricos cines del centro de la ciudad, y Juan Bautista Soler.

La solución parece pasar por una huida hacia el extrarradio de la ciudad. Y, en este sentido, los UGC Cine Cité, ubicados en el barrio de Campanar, parecían los mejor colocados para albergar las sesiones de Cinema Jove, pues la empresa que los gestiona los cedía gratuitamente. Pero las críticas que recibió la Mostra hace dos años, cuando también se refugió allí tras el cierre de los Abc Martí, y las dificultades hoteleras que comporta la zona, han hecho recular a los responsables del certamen, que se celebrará este año del 21 al 28 de junio. Otras opciones, como los cines Babel y Albatros, tienen pocas posibilidades de prosperar, dada su lejanía del centro y que los propietarios de dichas salas exigen una compensación económica por cederlas que, aunque es menor que la exigida por el Abc Park o Lys, no está al alcance de Cinema Jove. El festival cuenta, como sedes secundarias, con el IVAM y el Instituto Francés, donde se proyectarán películas en 35 milímetros, y el Muvim y la Fnac, para los filmes en formato de vídeo. Pero necesita un local más para las proyecciones en formato cinematográfico, una de las exigencias de la FIAPF, el organismo que regula los festivales de cine de todo el mundo. En caso de no hallarlo, Cinema Jove tendría que suspender algunos de los ciclos previstos.

Rehabilitación del Rialto aparte, la tendencia centrífuga de los locales de proyección en Valencia tiene parte de culpa de la situación. En marzo de 1998, había diez cines en Valencia a menos de un kilómetro de distancia de la plaza del Ayuntamiento, pese a que ya habían desaparecido locales históricos como el Eslava, el Capitol, el Paz o el Avenida. Un decenio más tarde, solo los multicines Abc Park y Lys, y el Cinestudio D'or, como sala de repertorio, sobreviven en el centro de la ciudad. El resto, salvo dos locales destinados al cine en versión original, salpican los centros comerciales del extrarradio entre el olor a palomitas de maíz y hamburguesas.

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