El Kremlin se moviliza para frenar la abstención el domingo
Las ciudades con mayor participación reciben ayudas
Por temor al absentismo, las autoridades rusas han emprendido una enérgica campaña de presiones e incentivos para que los ciudadanos acudan a las urnas el próximo domingo a votar en unas elecciones presidenciales, cuya principal incógnita es el nivel de asistencia. El candidato del Kremlin, Dmitri Medvédev, ha gozado de una avasalladora ventaja en los medios de comunicación frente los otros tres contendientes y nadie duda que los comicios permitirán legitimarlo como sucesor de Vladímir Putin. El líder ruso transferirá el cargo de presidente en mayo próximo tras haberlo ejercido el máximo de dos mandatos de cuatro años permitido por la Constitución. Para que los electores no se queden en sus casas, los programas de televisión del domingo serán deliberadamente aburridos e insulsos, incluso con repeticiones de emisiones recientes.
En Moscú los ciudadanos son presionados para que voten, desde distintas instituciones como las administraciones responsables de las comunidades de vecinos, los lugares de trabajo y los centros de enseñanza. Ayer, la compañía de móviles MTS enviaba un mensaje a sus abonados, incluidos los extranjeros, exhortándoles a acudir a los colegios con el argumento de que su voto "es importante para el país".
En los transportes públicos se habían instalado altavoces que exhortaban a los pasajeros a proveerse de un billete a quienes planearan no estar cerca de su colegio electoral el domingo. Estos llamamientos son legales, pero se transforman en muchos casos en amenazas e intimidaciones, según denuncia la oposición, que recoge firmas bajo el lema: "No a la farsa".
Junto a las amenazas para los que no voten, que legalmente no pueden ser cumplidas, hay también premios para los obedientes. Por haber votado masivamente durante los comicios parlamentarios del pasado diciembre, los habitantes de tres pueblos de la región siberiana de Janti-Mansiisk recibirán como premio nuevas viviendas en sustitución de "las viviendas viejas y en mal estado" actuales, según la agencia Itar-Tass. El concurso de reparto de viviendas continúa el 2 de marzo, y las autoridades del distrito de Janti-Mansiisk exigen ahora un 85% de participación como mínimo.
Medvédev, que ha rechazado los debates con los otros candidatos, dispuso de un espacio de diez minutos gratuitos el miércoles en los informativos de todos los canales de televisión estatales, que en algunos casos incluso lo repitieron. Esa intervención fue oficialmente la primera en su calidad de candidato.
La reiterada presencia de su imagen en la televisión no es considerada como publicidad electoral, porque oficialmente lo hace en calidad de primer vicejefe de Gobierno. La información sobre los otros candidatos se limita a varios segundos. En cuanto a los debates preelectorales, éstos se realizan a horas intempestivas, temprano por la mañana y tarde por la noche, y Medvédev se ha negado a participar en ellos.
La comisión electoral central hace caso omiso de las quejas de los otros candidatos, Guennadi Ziugánov, líder del partido comunista; Vladímir Zhirinovski, del Partido Liberal Democrático, y de Andréi Bogdánov. Un informe publicado ayer por el Centro para los Periodistas en Situaciones Extremas, basado en el seguimiento de cinco canales de televisión del 10 de enero al 25 de febrero, concluye que los canales del Estado han incumplido ampliamente su obligación legal de crear condiciones de igualdad para todos los candidatos, demostrando una clara tendenciosidad a favor de Medvédev, tanto en tono como en tiempo. Del 2 al 25 de febrero, Medvédev dispuso de un 32,4% del tiempo en los noticiarios del primer canal, comparado con un 3,3%, 3,1% y 1,3%, para Zhirinovski, Ziugánov y Bogdánov, respectivamente.
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