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Los partidos convierten el 9-M en la línea de salida de las autonómicas

Un sector del PSdeG valora la posibilidad de anticipar las elecciones gallegas

El calendario oficial establece que las elecciones gallegas deberán celebrarse, como muy tarde, en junio del año que viene, pero todo apunta a que socialistas y nacionalistas anticiparán los comicios al menos a principios de marzo para evitar que coincidan con las europeas. Sería, en ese caso, un adelanto "técnico" y no político, porque la legislatura estaría de hecho prácticamente agotada. En cambio, lo que algunos socialistas están considerando es la posibilidad de acudir a las urnas el próximo otoño.

En las direcciones de los tres partidos parece haberse consolidado la idea de que una victoria clara de José Luis Rodríguez Zapatero, especialmente si viene acompañada de un triunfo socialista en votos y en escaños en Galicia, es suficiente para que los partidarios del anticipo electoral animen a Touriño a examinar en serio la posibilidad de hacer uso de su prerrogativa legal y adelantar la cita con las urnas al mes de octubre, antes de que comience la negociación de los Presupuestos de 2009.

En el BNG están convencidos de que si el PSdeG se convierte en la primera fuerza política de Galicia va a tener que hacer frente a la tentación de disolver el Parlamento y tratar de rentabilizar ese ascenso en las urnas. Hay un sector del PSOE, dicen, que cree incluso que podrían estar en situación de gobernar en solitario. "Consideran lo de Lugo un laboratorio; un ensayo" de lo que podría ser una legislatura con un gobierno monocolor que se apoyase alternativamente en el Bloque o en el PP, según los casos. Hay a quien le gustaría promover "una polarización como la del Estado", un sistema a dos bandas (PP y PSOE) mucho más cómodo para ambas formaciones porque eliminaría la necesidad de contar con el BNG.

En el PP y en algunos sectores del PSOE añaden a la ecuación del hipotético adelanto un posible retroceso del Bloque en apoyo popular, especialmente si es tan importante como para desatar una crisis interna en las filas nacionalistas.

Feijóo, Touriño y Quintana, poco antes de la fallida negociación de la reforma estatuaria, en enero de 2007.
Feijóo, Touriño y Quintana, poco antes de la fallida negociación de la reforma estatuaria, en enero de 2007.A. I.
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